Rubén Moreno trabajador de una estación de gasolina al norte de Barquisimeto desnuda la realidad de este oficio en estos momentos, donde las gandolas de gasolina llegan sólo dos veces por semana y en su mayoría con 13 mil litros, cuando hasta hace un par de años atrás se suministraban 36 mil litros por cada gasolinera.
Relata a EL INFORMADOR, que su núcleo familiar es apenas de cuatro personas, es decir sobre sus hombros recae la responsabilidad de su esposa, quien es la madre de sus dos niños pequeños.
Moreno mientras equipa el vehículo de la señora Yelitza Gómez, quien tuvo que esperar casi 30 minutos para surtir su carro de combustible. Nos dice que le ha tocado realizar otras labores para poder llevar dinero a su casa.
«Hay días que me ha tocado hacer trabajo de soldadura o albañil. Mientras esperamos que despachen la gandola gasolina, porque tengo unos hijos que mantener».
Moreno revela que anteriormente cuando el camión de Pdvsa despachaba todos los días, podían generar hasta 90.000 bolívares semanales, mientras que ahora sólo perciben entre 40.000 y 30.000. Que podría ser el equivalente a 500 o 400 gramos queso.
Pero esa realidad en cada una de las estaciones de servicio es muy parecida, debido al racionamiento disfrazado que viene haciendo Pdvsa en cada uno de los centros de despacho.
En el caso del casco central de la ciudad, los despachos son más frecuentes, así lo dejan saber los mismos empleados, quienes a su vez alegan que es racionado porque una gandola surte a dos o tres estaciones, así lo cuenta Luis Corderos, quien es padre de familia, pero a diferencia de Rubén, tiene que cumplir horario, porque depende de sueldo mínimo y las propinas.
Sin uniformes por parte de Pdvsa
En el mismo recorrido también pudimos conocer que los mismos trabajadores no reciben uniformes, ni botas de seguridad, desde hace dos años aproximadamente, a pesar de que algunos dueños de estaciones se hayan atribuido esa responsabilidad.
Municipios golpeados
Esa misma realidad es más aguda en los municipios foráneos de la entidad larenses, donde prácticamente los despachos son una vez por semana.
Situación que la padecen a diarios los habitantes de El Tocuyo, Carora y Quíbor por sólo hacer referencia a tres.
Anderson Piña Pereira (@anderpinap) Fotos: (Daniel Sosa)