“Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables.” Simón Bolívar.
Brigadier de la Unión, General en Jefe del Ejército del Norte, Libertador de Venezuela.
A sus conciudadanos Venezolanos:
Un ejército de hermanos, enviado por el Soberano Congreso de la Nueva Granada, ha venido a libertaros, y ya lo tenéis en medio de vosotros, después de haber expulsado a los opresores de las provincias de Mérida y Trujillo.
Nosotros somos enviados a destruir a los españoles, a proteger a los americanos y establecer los gobiernos republicanos que formaban la Confederación de Venezuela. Los Estados que cubren nuestras armas están regidos nuevamente por sus antiguas constituciones y magistrados, gozando plenamente de su libertad e independencia; porque nuestra misión sólo se dirige a romper las cadenas de la servidumbre que agobian todavía a algunos de nuestros pueblos, sin pretender dar leyes ni ejercer actos de dominio, a que el derecho de la guerra podría autorizar
Tocados de vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os han aniquilado con la rapiña y os han destruido con la muerte; que han violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las capitulaciones y los tratados más solemnes; y en fin han cometido todos los crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más espantosa desolación. Así, pues, la justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga a tomarla. Que desaparezcan para siempre del suelo colombiano los monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre; que su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia, para lavar de este modo la mancha de nuestra ignominia y mostrar a las naciones del universo que no se ofende impunemente a los hijos de América…
El “Decreto de Guerra a Muerte” fue una declaración hecha por el general Simón Bolívar el 15 de junio de 1.813 en la ciudad venezolana de Trujillo durante el desarrollo de la Campaña Admirable. La declaración fue precedida meses antes por el Convenio de Cartagena de Antonio Nicolás Briceño. Este decreto significaba que los españoles y canarios que no participasen activamente en favor de la independencia venezolana se les daría la muerte, y que todos los americanos serían perdonados, incluso si cooperaban con las autoridades españolas. (Fuente Wikipedia).
La leyenda hecha historia cuenta que Bolívar tuvo que lanzar el “Decreto de Guerra a Muerte” porque en las batallas se encontraba con soldados que habían pertenecido a las filas libertadoras luchando contra él utilizando aun el uniforme patriota.
Hasta el final de sus días el hombre más grande que se ha conocido, (porque Jesús fue Dios e hijo de Dios) enfrentó traiciones increíbles, intentos de magnicidio, difamaciones e injurias que lo condujeron a sufrir inconmensurables decepciones, al extremo que llegó a exclamar que había arado en el mar y a incluirse en la tenebrosa frase:
“Jesús, el Quijote y yo, somos los más grandes majaderos del mundo.”
Creo que esto puede servir de reflexión ante la actitud de algunos politiqueros solitarios que traicionan los principios y valores que nos pueden conducir a la libertad y a la democracia.
Maximiliano Pérez