ICOLT
Al menos once personas han muerto y al menos seis han resultado heridas, entre ellas cuatro agentes policiales, en un tiroteo ocurrido este sábado en una sinagoga ubicada en la ciudad estadounidense de Pittsburgh (Pensilvania, norte del país) y cuyo responsable, abrió fuego al grito de «todos los judíos deben morir» antes de resultar herido y entregarse a las autoridades.
El evento ocurre menos de 24 horas después de que la policía de Estados Unidos detuviera al presunto responsable del envío de paquetes-bomba a 13 personalidades de la oposición demócrata.
El tono inequívocamente racista, antijudío y anti inmigración del asesino añade más tensión a la política estadounidense, cuando solo faltan 10 días para unas elecciones legislativas que muchos ven como un referéndum a Donald Trump, a quien muchos responsabilizan, por su actitud, de fomentar indirectamente este tipo de actos.
Ya él salió al paso ante lo ocurrido, denunciando un «acto antisemita» y defendió un endurecimiento de las leyes relacionadas con la pena de muerte.
Ante la certeza de que el suceso volverá a plantear el debate de la regulación de armas, a pocos días de las legislativas, Trump desmereció que este tuviera poco que ver con el acceso a las armas. Más bien opinó: «Si hubieran tenido protección dentro, el resultado hubiera sido mucho mejor. La situación hubiera sido muy deferente». Fue cuando se refirió a la pena de muerte.
El presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, y la Liga Antidifamación — una de las principales organizaciones estadounidenses contra la violencia antisemita — también han condenado al unísono el ataque.
¿Cómo ocurrió todo?
Eran las 10:00 AM (hora local) cuando Richard Bowers, un hombre de raza blanca de 46 años de edad, entró en el templo en el que unas 30 a 40 personas celebraban el «sabbat», día sagrado del judaísmo.
Entró armado con un rifle semiautomático de tipo militar y varias pistolas con las que abrió fuego de manera indiscriminada.
El ataque ocurrió en medio de una ceremonia de nombramiento de un bebé. El hombre también se enfrentó a la Policía, que acudió al lugar tras conocerse los primeros disparos. Finalmente fue controlado.
Las motivaciones de Bowers son una incógnita, aunque sí hay algo claro: tiene una clara simpatía, expresada en redes sociales, por las ideas que conforman al llamado movimiento ultranacionalista blanco, que es una manera elegante de decir ‘neonazi’
0 Comments