El gobierno estadounidense pidió este miércoles 27-Oc, al Alto Tribunal británico que revoque la decisión de una jueza de que Julian Assange no debe ser enviado a Estados Unidos para enfrentar cargos de espionaje, prometiendo que el fundador de WikiLeaks podrá cumplir con cualquier sentencia que le dicten en Australia, su país de origen.
Una jueza del tribunal inferior rechazó en enero la solicitud estadounidense de extradición de Assange por delitos de espionaje en torno a la publicación de documentos militares secretos hace una década por parte de WikiLeaks.
La jueza de distrito, Vanessa Baraitser, rechazó la extradición por motivos de salud y dijo que probablemente Assange intentaría suicidarse si era retenido en condiciones duras en una prisión estadounidense.
James Lewis, un abogado del gobierno estadounidense, argumentó el miércoles que la jueza erró cuando falló que Assange corría riesgo de suicidarse debido a las condiciones opresivas, reseña AP.
Las autoridades estadounidenses habían prometido que Assange no estaría detenido antes del juicio en una prisión de alta seguridad “Supermax” ni sería sujeto a condiciones de aislamiento estricto y, de ser condenado, podría cumplir su sentencia en Australia, añadió.
Las garantías “son vinculantes en Estados Unidos”, dijo Lewis.
Las autoridades estadounidenses también argumentaron que Assange no llega al umbral de enfermedad para que no pueda evitar autolesionarse.
Assange “ni siquiera está cerca de una enfermedad de este nivel”, señaló Lewis.
“Una vez que haya una garantía de atención médica adecuada, una vez que esté claro que será repatriado a Australia para cumplir con cualquier sentencia, entonces podemos decir con seguridad que la jueza de distrito no habría decidido esa cuestión relevante en la forma en que lo hizo”, agregó Lewis.
El abogado de Assange, Edward Fitzgerald, dijo en una petición escrita que, de ser condenado, Australia no había acordado recibir a Assange. Incluso si lo hiciera, Fitzgerald dijo que el proceso legal estadounidense podría demorar décadas, “durante las cuales el señor Assange permanecerá detenido en aislamiento extremo en una prisión de Estados Unidos”.
Acusó a los abogados estadounidenses de intentar “minimizar la severidad del desorden mental y riesgo de suicidio del señor Assange”.
Varias decenas de partidarios de Assange protestaron ante la Corte Real de Justicia de Londres antes de la audiencia, con una duración programada de dos días.
Se esperaba que Assange, recluido en la prisión Belmarsh de alta seguridad en Londres, asistiera por videoconferencia, pero Fitzgerald indicó que le habían administrado una alta dosis de medicamento y “no se siente capaz de asistir al proceso”.