La policía holandesa ha detenido este jueves a tres activistas climáticos después de que atacasen el cuadro La joven de la perla (1665), del pintor del Siglo de Oro Johannes Vermeer.
La obra, protegida por un cristal, no ha resultado dañada según la galería Mauritshuis, de la ciudad de La Haya, donde está colgada.
En una filmación difundida en Twitter, puede verse a dos de los asaltantes acercándose al lienzo. Uno de ellos lleva lo que parece pegamento en la mano y apoya su cabeza a la altura del turbante que lleva la modelo plasmada por el artista.
El otro asaltante abre entonces una lata y vierte sobre su compañero el contenido: un producto rojo. Este se acerca de nuevo al cuadro mientras su acompañante pregunta a gritos al público que cómo se sienten al ver algo bello siendo aparentemente destruido.
Los visitantes le piden que se calle y le responden diciendo que debería sentirse avergonzado. Los activistas han sido luego arrestados.
En las camisetas de los ecologistas podía leerse Just stop oil (frena el petróleo), el mismo que da nombre a un grupo ambiental del Reino Unido que está detrás de la mayoría de ataques de esta índole registrados en otros museos.
En La Haya, uno de los protagonistas ha pegado la mano a la pared mientras clamaba: “Estamos destrozando el futuro de nuestros hijos”. Su compañero, apoyado en el cuadro, mostraba el pegamento al público, y sobre todo al personal de seguridad, cuando han intentado sacarlo de allí.
Si bien es la primera vez que una obra famosa es atacada así en Países Bajos, ha habido ataques similares en las últimas semanas contra otros cuadros famosos.
Entre ellos, Los Girasoles, de Van Gogh, en la National Gallery, de Londres, rociado con salsa de tomate. El puré de patada lanzado contra un cuadro de la serie deLos almiares, del pintor impresionista francés Claude Monet, en el Museo Bareberini, de Postdam, al suroeste de Berlín. O la tarta restregada contra La Gioconda, en el museo del Louvre, de París.
Todas estas obras estaban también protegidas por un cristal, y los asaltantes pegaron luego sus manos a la pared. La policía holandesa ha arrestado al trío que ha entrado en la galería Mauritshuis por “violencia pública contra los bienes”.