La selva amazónica es el pulmón vegetal del planeta Tierra, reservorio biológico de la humanidad, territorio inmenso donde el hombre vive en sus orillas y en su seno se desarrolla un maremágnum vital que todavía está en exploración por parte de sociedades científicas internacionales.
Pero además de la importancia planetaria el territorio Amazonas , nuestro Estado Amazonas, es el hábitat de una veintena de etnias que debido a los procesos de minería ven en peligro su subsistencia. De esos temas se ocupan valientes dirigentes indígenas, entre ellos el profesor José Mejías, quien de manera institucional y con absoluto apego a la legalidad siempre está dando la cara para resguardar los ambientes donde se desarrolla la vida cotidiana de estas etnias.
La situación es grave según relatan observadores de varias ONG que trabajan en el Amazonas, debido que para la explotación de oro hay una compleja trama donde intervienen factores privados y públicos, en estructuras informales que actúan con un alto grado de discrecionalidad.
Informan estos observadores que hace apenas un mes los militares actuaron con firme y decisión en La Cárida, para desalojar a unos mineros ilegales, les quemaron sus equipos de extracción y les ordenaron que abandonaran el lugar, pero apenas en Octubre se observó una gran movilización de más de 800 personas con equipos sofisticados para la extracción del preciado metal.
Todo esto pone en jaque la seguridad de los indígenas que habitan la zona, sobre todo de las mujeres, quienes sufren con mayor rigor los embates de los invasores, contraen enfermedades extrañas que ocasionan muertes, tal y como sucedió en Delta Amacuro en casis denunciados por el sacerdote Koldo ,extrañamente muerto en un ligar a varios kilómetros de su casa.
Los indígenas del Amazonas se encuentran indefensos ante las arremetidas de los mineros que instalan sus campamentos en sitios por donde ellos habitualmente transitan para realizar sus labores de supervivencia, ellos tienen siglos de vivir allí, sus costumbres ancestrales no representan ningún peligro parea el medio ambiente, por ello ven con miedo como los procesos de deforestación están acabando con los equilibrios ecológicos sin que ellos puedan detener el ecocidio.
Hasta los momentos su gran defensor ha sido La Diócesis de Puerto Ayacucho, la cual ha gestionado de muchas maneras la intervención de las autoridades venezolanas y de los actores internacionales que defienden al Amazonas como patrimonio de la humanidad.
Desde el Movimiento DECODE damos nuestro apoyo al profesor José Mejías, consecuente y corajudo luchador en la defensa de los indígenas.
Jorge Euclides Ramírez
LA
Foto: Referencial