En estos últimos años los venezolanos se han visto en la necesidad de tomar una de las decisiones más difíciles, como lo es emigrar, dejar muchas ciertas cosas a un lado para tener una mejor calidad de vida para ellos y sus familiares.
Esta decisión hace que los niños se vean vulnerados ante esta problemática y a su vez paguen un precio muy caro por tener un mejor futuro.
Muchos niños venezolanos sufren la separación por la ausencia de sus padres y las constantes despedidas. Es ahí cuando los sentimientos encontrados juegan un papel importante, que afectan emocionalmente al pequeño.
Cuando son los padres los que deben migrar por necesidad, dejando a veces al infante al cuidado de familiares cercanos, se comienza a dibujar un nuevo modelo de familia y la sensación para ellos no es nada agradable.
Pérdida de intimidad en el hogar, sensación de soledad y rebeldía motivada a la incomprensión, son algunos de los comportamientos que se deben tomar en cuenta para buscar una respuesta inmediata y así evitar que el problema sea mayor, reseñó El Universal.
Cuando al niño le toca migrar sin uno de sus padres, la situación es la misma. Probablemente le cueste adaptarse a las costumbres de otro país. A esto se suma la socialización con los niños del país receptor.
Todo ello conlleva a una carencia de afecto por parte de la figura materna y paterna, ya que no es lo mismo comunicarse a través de un celular, que hacerlo cuando se está frente a frente.
Tal es el caso del terapeuta Manuel Machado, quien está viviendo dicha situación de distanciamiento con su hija.
La misma vive actualmente en los Estados Unidos, donde indica que estuvo en todos los eventos más importantes de su niña mientras vivió en Venezuela. «En mi caso es una confianza que se creó, es un amor muy solidario, sin juicios, es un amor de acompañamiento, de apoyo y de mucho contacto, muchos abrazos que ampliaron nuestro vínculo. El problema no es la distancia, si no que ese vínculo de rose que es valioso, sobre todo en la niña, se pierde» afirma Manuel.
También señala que «ahora toca tener esa confianza a través de redes sociales, que son importantes, valiosas; las bendigo. Es bueno contar con una plataforma tecnológica que de alguna manera te acerque a tus familiares que están fuera.
En fin, ayuda en gran medida a ver el crecimiento de tu niña y tu hijo y de alguna manera sienten que pueden ver a su padre.
Sin embargo, eso para alguien que está acostumbrado a una relación, al beso a los abrazos, no puede ser sustituido por esta opción», explica.