A muchos transeúntes se les despierta el apetito al pasar por algunos de los puestos informales de comida rápida y sentir el aroma que de allí proviene, pero que se ven frenados por los señalamientos de la “poca higiene” que se presencia en los carritos de comida, otros sucumben ante la tentación.
“A la orden mi amor pase adelante, aquí tiene los mejores combos de hamburguesa”, en el centro de la ciudad de Barquisimeto es común escuchar esta frase proveniente de los trabajadores de los puestos de “comida rápida”.
Muchas interrogantes envuelven a esta manera informal de vender comida, como por ejemplo, ¿tendrán la condición higiénica adecuada?, ¿Cómo van a preparar los alimentos en la calle donde hay miles de bacterias?, pero la verdad es que muy pocos se preguntan por la historia que hay detrás de cada uno de ellos.
Es por eso que EL INFORMADOR, recolectó algunas de las historias que están detrás de los delantales de quienes se dedican a este trabajo.
“Muchos dicen que los puestos de comida no cumplimos con las normas de higiene, pero eso no es así, este es nuestro trabajo y si la gente se enferma por comer lo que le vendemos nosotros perdemos, por eso debemos de ser lo más higiénicos posible”, relataban un grupo de vendedores.
“Nosotros tenemos 11 años trabajando en esto de la comida, aquí hay seis empleados, lo que quiere decir seis familias que se sustentan de este puesto”, relataban los trabajadores de Yey Burger, quienes explican que han pasado muchas penurias para montar y mantener el puesto.
“Siempre hemos mantenido una lucha por nuestro trabajo, primero nos quieren quitar que porque no pagábamos impuesto y ahora que lo hacemos igual nos quieren sacar”, explicaban.
Algunos relatan que incluso traen las salsas desde Colombia por su calidad y porque a los comensales les gustan.
“El Sabor del Caminante”, ya tiene 6 años en el ramo de la comida rápida explican que hacen lo posible porque sus ingredientes sean de buena calidad y prepararlos de la forma más higiénica posible e invitan a no juzgar los «carritos de comida» informales.
Douleydis Romero