MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) – El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alertó el viernes 28Feb que la salud mental de los niños y niñas de Líbano se ha visto «deteriorada» por la «devastadora guerra», que ha obligado a un gran número de menores a «huir de sus hogares» y ha provocado graves daños en «instalaciones que proporcionaban servicios esenciales».
Todo esto infligió heridas físicas y emocionales a niños y niñas de todo el país. «Su salud, su educación y, en última instancia, su futuro», está afectado, advirtió Akhil Iyer, representante de UNICEF en el Líbano.
La agencia, que ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para reunir casi 633 millones de euros y ofrecer asistencia vital a 2,4 millones de personas en todo el país, estima que la mayoría de los menores sufren ansiedad o están deprimidos a causa de los bombardeos registrados en el sur del país, lo que representa un aumento con respecto a los datos recogidos antes de la guerra, en 2023.
Asimismo, ha advertido en un comunicado que existen indicios de una «alarmante» situación de desnutrición infantil en zonas altamente pobladas que fueron un blanco reiterado de ataques aéreos.
Más del 50 por ciento de los niños menores de dos años sufren pobreza alimentaria severa en estas zonas. Miles de menores de 18 años reportan comer sólo una vez al día o, más deprimente aún, no comer en todo un día.
Bombardeos destruyeron escuelas
Tras años de crisis económica, huelgas de profesores y el impacto de la pandemia de COVID-19, 500.000 niños y niñas quedaron fuera del sistema escolar, la situación que empeoró con los bombardeos de Israel, que destruyeron escuelas y otras se utilizaron como refugios para algunos de los 1,3 millones de desplazados internos a causa del conflicto.
UNICEF ha lamentado, además, que el 45 por ciento de los hogares se han visto obligados a recortar gastos en sanidad y el 30 por ciento en educación para poder cubrir así las necesidades más básicas. A esto se suma que en torno al 31 por ciento de los hogares carece de agua potable suficiente y que el 33 por ciento no tiene acceso a los medicamentos que necesitan sus hijos.