El viernes 28 de abril de 1995 fue un día trágico para el béisbol venezolano, la soledad de una de las calles de Santa Mónica, Caracas, se prestó para que unos ladrones asesinaran al pelotero Gustavo Polidor afuera de su casa.
“Para la familia fue un momento muy trágico, se perdió un ser querido, padre, un hermano. Para el público fue doloroso, pero para la familia fue devastador, no es fácil perder a una persona de esa manera”, expresó con la voz quebrada Asdrúbal Polidor, hermano del gradesliga.
Polidor se encontraba afuera de su casa junto a su esposa e hijo. El pelotero estaba calentando el motor del carro, mientras que su esposa botaba la basura y cuando ella regresó al vehículo dos personas se les acercaron.
Esas personas resultaron ser dos sujetos armados. Uno se llevó para dentro de la casa a la esposa con el hijo y el otro se quedó con el pelotero en el carro.
Eduvigis, la esposa del jugador, no logró escuchar lo que conversaban afuera de la casa, pero solo logró escuchar un disparo y lo siguiente que vio fue a su esposo arrodillado con sangre en su cabeza.
El delincuente que estaba con ella detonó otro disparo y le impactó a Polidor en el abdomen. Hernán Gregorio López “Hernáncito” fue quien le quitó la vida a Polidor.
Gustavo Polidor, nacido en Caracas un 26 de octubre de 1961, fue uno de los mejores peloteros nacidos en este país, quien formaba filas con los Tiburones de La Guaira y también jugó en las Grandes Ligas con los Cerveceros de Milwaukee. Un ser que fue querido y aplaudido dentro y fuera del terreno de juego. Hoy a 25 años de su asesinato, su legado dentro del diamante permanece presente.
Julio Urdaneta
Foto: Runrun