Para contar una extensa historia de lo que calificó como “agresiones tanto físicas como sicológicas, con situaciones de amenazas, provocaciones, burlas, molestias y acosos”, por parte de algunas vecinas, la señora Denmary Marianny Amaya Pérez se acercó hasta nuestras oficinas de redacción, y denunció tal situación.
Resumiendo la narración, la señora Amaya Pérez, quien dijo ser madre de una niña de seis años de edad que padece de una seria afección de hidronencefalia, es decir, una severa enfermedad cerebral, contó que ella reside en la Calle El Carmen de El Cují-Las Veritas.
Concretamente, la señora Amaya Pérez denunció a Edith Blanco, “a quien le dicen La Toti”; a Oscary Escalona, a Lorena Blanco, a una menor de 17 años de edad y a María Concepción González de Blanco, “una colombiana a la que le dicen Mayo”, como las personas que la viven acosando y provocando, incluso con palabras altisonantes de todo tipo.
Explicó que esta tan incómoda situación “la estoy viviendo desde mediados del año pasado”.
Agresión física
–Pero lo más grave –añadió— es que ya llegaron a la agresión física, y una de ellas, “La Toti”, incluso me pegó con una piedra en el brazo izquierdo, y me ocasionó fractura de la muñeca, por lo cual debí recibir la debida atención médica en el Hospital Central de Barquisimeto.
Abundando en detalles, aseguró que esta agresión fue de tal magnitud, “que ni siquiera esa señora respetó el hecho de que, en ese momento, yo llevaba en brazos precisamente a mi niña afectada del daño cerebral, y aún así, me agredió impunemente, porque estas damas sencillamente actúan como a ellas les viene en ganas”.
Manifestó luego que hasta la viven amenazan con un agresivo perro pitt bull que tiene una de ellas.
Cuando le preguntamos cuál es el motivo de esta discordia, expresó:
–Mire, en un principio, por allá algunos corrieron el rumor de que era una pelea “por hombres”, pero eso es totalmente falso, porque la verdad verdadera es que esas señoras se quieren quedar con mi casa, en complicidad con el consejo comunal del sector, a donde, por cierto, yo acudí en una oportunidad, pero me respondieron que ellos no podían hacer nada porque, según ellos, “ésos eran problemas personales”.
–Y por eso quieren que yo abandone mi casa, para ellas poder quedarse con mi vivienda.
Medida de protección
Informó luego que ella tiene una medida de protección policial que le fue concedida en fecha 3 de febrero de 2023, por el Tribunal Penal de Primera Instancia en Funciones de Control de Barquisimeto, por un lapso de seis meses.
Siguió diciendo que tal medida implica que haya recorridos policiales diarios por la calle donde ella habita, lo cual, apuntó, se ha estado cumpliendo.
–Pero, ¿Qué pasa…? Pues sencillamente que ellas hacen sus desmanes, por supuesto, antes o después del recorrido policial.
–Yo lo que quiero –añadió finalmente— es que algún organismo público me solucione este serio problema, ya que esas damas actúan como les viene en ganas, y, en el caso mío, la situación se agrava, ya que mi casa está ubicada en una calle ciega, y ellas viven en la misma cuadra, por lo que tengo que pasar obligatoriamente todos los días al frente de sus casas.
Gráfica: Cortesía Edilber Alvarado