A escasos 30 días de las inundaciones causadas por la crecida del río Sarare, habitantes afectados aún viven con el temor de que estos eventos se repitan, y con mayor intensidad.
Vilma Rodríguez, quién vive en la calle Ricaurte con San Felipe, en pleno centro de la capital del municipio Simón Planas, narró lo sucedido la noche del 25 de julio cuándo ya casi al acostarse percibieron un pequeño movimiento de la cama y un fuerte olor a barro, que los obligó a salir de la vivienda y fue cuando se percataron de la crecida del río Sarare.
Las aguas afectaron a otros sectores como Las Vueltas, Cambural, Pueblo abajo, Matadero, Los Pozones, Gloria De Lara, El Milagro, la Tronadora, El Pesquero, entre otras.
Vilma perdió todos sus enseres, y ante el trauma vivido, en dos aguaceros posteriores a esa terrible noche, ha tenido que abandonar su casa junto a su familia, temiendo que se repita la inundación.
Pero es que los Bomberos del municipio como de Protección Civil les recomendaron desocupar de inmediato el inmueble. De hecho, estuvieron tres días en el refugio instalado en la escuela Alcides Losada.
Pero no es tan fácil, dice Vilma. Son 32 años viviendo allí, donde ahora mismo son dos las familias que cohabitan.
Aseguró que la única ayuda recibida ha sido un colchón matrimonial y un juego de sabanas que les entregó un representante del gobierno municipal, pero tanto ella como el resto de los afectados, esperan una reubicación o la aplicación de un plan de canalización del río.
Con información y Fotos: José Luis Sotillo J.