El Centro de Recepción Temporal para Migrantes de Lajas Blancas en Panamá se ha convertido en un refugio para aquellos que llegan tras atravesar la peligrosa selva del Darién. En este lugar, los migrantes duermen en barracones de madera o en tiendas de campaña mientras el gobierno panameño, en colaboración con organizaciones internacionales, les proporciona servicios básicos antes de continuar su viaje hacia Costa Rica, su próxima escala en la travesía hacia Estados Unidos.
La situación es desgarradora para muchos, como lo demuestra el caso de Rosa Pérez, una venezolana que llora la desaparición de un medio hermano de su hijo, quien fue arrastrado por la corriente de un río durante el cruce. “Milagrosamente, mi hijo sobrevivió”, relata la mujer de 40 años, mostrando una foto del joven desaparecido.
En 2023, más de 520.000 personas atravesaron la jungla panameña, enfrentándose a peligros como ríos caudalosos y grupos criminales. Sin embargo, este año, la cifra ha disminuido, con aproximadamente 260.000 migrantes ingresando a Panamá, de los cuales dos tercios son venezolanos. El comisionado de la policía fronteriza de Panamá, Alexis de Gracia, asegura que se espera cerrar el año con menos migrantes debido al “bloqueo de los pasos ilegales” en el Darién.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, ha expresado su preocupación por un posible aumento de migrantes venezolanos tras la reelección de Nicolás Maduro. “La inestabilidad política es una de las causas generadoras de la migración masiva”, afirmó Mulino en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. A pesar de esto, hasta el 25 de septiembre, el número de venezolanos que cruzaron la selva se ha reducido a 176.000, un 30% menos que en el mismo período del año anterior.
Desde que asumió el poder el 1 de julio, Mulino ha deportado a migrantes de diversas nacionalidades, pero ha decidido permitir la entrada de venezolanos, dado que Caracas prohibió los vuelos panameños en respuesta a las críticas sobre la reelección de Maduro. “Van a salir más personas de Venezuela mientras siga este gobierno”, advierte Marcos Arcilla, un migrante venezolano, reflejando la incertidumbre que enfrentan muchos en su búsqueda de un futuro mejor.