“Dormir de más no es bueno, pero tampoco lo es dormir poco”, explicó el doctor Wartan Keklikian de la Unidad Bariátrica y Metabólica (UBAM) de la Clínica La Floresta, en Caracas.
Indicó que cuando no se descansa entre seis y ocho horas diarias, repercute en todo el cuerpo y aumenta el riesgo de enfermedades, además de afectar el humor y las emociones, disminuye el tejido cerebral y se incrementa la tendencia a ver pacientes diabéticos e hipertensos.
El riesgo de obesidad es más alto en personas que no cumplen con el horario del sueño, porque se alteran los mecanismos de regulación de las hormonas como la grelina y la leptina, que son las que controlan el apetito y esas “ganas” de comer de más.
El especialista explica que, quienes se trasnochan suelen comer en la noche y, esta situación unida a las alteraciones hormonales, afectan la ansiedad y el hambre.