Antonio José Seijas- Luis Aparicio, único venezolano en el Salón de la Fama de Cooperstown en Nueva York, Estados Unidos, hoy apaga o sopla su velita 85 en el entorno familiar, acompañado de su esposa Sonia, hijos y nietos, luego del pasado 17 de este mes celebrar 63 años de su debut en las Grandes Ligas por intermedio de los Medias Blancas de Chicago. También jugó, durante 18 temporadas, para los Orioles de Baltimore y los Medias Rojas de Boston, con los cuales se retiró en 1973, cuando el gran Secretariat se cubrió de gloria en el hipismo norteamericano al asegurar la Triple Corona, luego de la alcanzada 25 años antes por Citation.
El zuliano recibió el premio Novato del Año de la Liga Americana en su primera campaña en las Mayores, mientras entre sus conquistas figuran el liderato en bases robadas de la Americana nueve años seguidos, para un total de 506 en su trayectoria, y anillo de la Serie Mundial con los Orioles en 1966, en tanto al retirarse dominaba las estadísticas de todos los tiempos en juegos jugados, asistencias, dobleplays y otros departamentos para un campocorto de las Grandes Ligas.
Fue invitado de honor a la Serie Mundial de Béisbol de 2005 para hacer el lanzamiento inaugural en el primer juego donde participaron los Medias Blancas, que finalmente se titularon bajo la dirección de su compatriota Oswaldo ‘Ozzie’ Guillén, luego de él hacerlo como shortstop en 1959.
En 1979, cinco años después de su retiro, fue propuesto para ser incluido en el Salón de la Fama del Béisbol, tras tomar en cuenta la sugerencia hecha por el columnista Red Smith, del The New York Times, quien emitió un mensaje a su favor al escribir: “El Pequeño Luis merece un lugar en el Salón de la Fama”.
En 1984, su sexto año de candidato, consiguió el primer lugar en las votaciones con 341 votos, el 84,62 % del total, donde lo acompañaron el infielder Harmon Killebrew y el lanzador derecho Don Drysdale, igualmente exaltados al Templo de los Inmortales. Nelson, su hijo, aún festeja.