Cali (Colombia) vivió una dura jornada de enfrentamientos entre protestantes y las fuerzas de orden público colombianas el pasado viernes 28 de mayo, a su vez, una insurrección de supuestos civiles armados dentro de algunas barriadas. Medios locales informaron que durante los choques se registraron 13 personas fallecidas.
“Todavía no podemos precisar si todas las muertes que hemos tenido el 28 de mayo están vinculadas y asociadas integralmente al proceso de las protestas”, explicó el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, quien aludió a que la Fiscalía reportó ayer 13 homicidios y es la que debe investigarlos y dar respuestas.
“Sin embargo -añadió- no cabe duda que un número muy importante de las muertes que hemos tenido el 28 de mayo han sido asociadas a eventos de movilización ciudadana”.
La Policía, que por su parte reporta 10 homicidios, solo relaciona 3 con las protestas y el resto “estarían relacionados con ajustes de cuentas entre estructuras delincuenciales, intolerancia y sicariato”.
El alcalde también denunció los actos de “vandalismo puro e irracional” contra inmuebles privados y públicos.
El director de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN), general Fernando Murillo, explicó hoy que “se presentó una situación especial donde unas personas de civil utilizaron unas armas de fuego indiscriminadamente contra otras personas”.
Los hechos se dieron sobre todo en Ciudad Jardín, una zona residencial de la ciudad, cercana a la carretera que conecta con Jamundí donde ha habido bloqueos.
En esta zona irrumpieron supuestos civiles con armas que dispararon contra los jóvenes encapuchados que están en “primera línea”, la parte frontal de las protestas protegidos con escudos, y manteniendo los bloqueos.