Líderes de Naciones Unidas y sus países miembros deben presionar al gobierno de Venezuela para que permita que agencias humanitarias accedan a ese país y ayuden a controlar la propagación del COVID-19, que sigue aumentando en la nación latinoamericana, aseguraron activistas internacionales el miércoles.
Human Rights Watch y la Universidad Johns Hopkins, entre otros, dijeron que el Secretario General de la ONU Antonio Guterres y países donantes con recursos tienen influencia sobre las autoridades venezolanas y pueden asegurar que entidades de la ONU como la Organización Panamericana de la Salud “tengan todo el apoyo y el acceso que necesitan para salvar vidas”.
En una videoconferencia, la doctora Kathleen Page de la Universidad Johns Hopkins, denunció una situación de extrema precariedad en hospitales venezolanos incluso antes de la pandemia. Page aseguró que muchos de éstos ya carecían de agua, jabón, desinfectantes y de material de protección y que el problema es persistente ahora.
La experta destacó que en Venezuela hay 16.571 casos confirmados del virus y 151 muertes, una cifra que describió como demasiado baja para ser real. También destacó que en el país no se realizan los tests concluyentes para detectar el virus sino más bien tests para detectar anticuerpos, algo que no ofrece una visión clara de cuántos afectados hay.
En la videoconferencia organizada por las misiones de Alemania y República Dominicana ante las Naciones Unidas, habló también Louis Charbonneau, director de asuntos de la ONU para Human Rights Watch. El activista pidió que se separe la política de los esfuerzos humanitarios y que se hagan mayores esfuerzos contra el virus en Venezuela.
“Los líderes de la ONU, desde nuestro punto de vista, podrían estar haciendo más presión”, dijo Charbonneau.
Portavoces de la ONU no respondieron de forma inmediata a un mensaje de The Associated Press solicitando una respuesta a los comentarios de los activistas.
En junio, el gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición venezolana firmaron un acuerdo de colaboración para coordinar esfuerzos con el objetivo de obtener fondos internacionales para hacer frente a la pandemia. Sin embargo, los desafíos persisten y la situación empeora, dijeron los activistas.