Desde el Palacio de Miraflores, Nicolás Maduro se dirigió al país para abordar los recientes hechos de violencia que han surgido tras su proclamación como presidente de Venezuela. En su discurso, afirmó que han estado monitoreando las acciones de la «derecha extremista» y que son conscientes de los planes que se han desarrollado antes, durante y después de las elecciones del 28 de julio.
Maduro denunció que los actos de violencia son parte de un plan orquestado por la oposición, quienes, según él, intentan desestabilizar el país. Aseguró que se han capturado a varios individuos involucrados en estos actos, muchos de los cuales tienen antecedentes penales y han sido pagados para generar caos. «Sabemos cómo detener a los violentos», sentenció el mandatario.
Maduro también hizo un llamado a la calma y a no caer en provocaciones, enfatizando la importancia de respetar la ley y la paz en el país. Aseguró que las acciones de la oposición buscan crear una escalada de violencia para alcanzar el poder, y que han atacado sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE) y casas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Finalmente, Maduro prometió que se tomarán medidas para buscar y capturar a los grupos delincuenciales responsables de los disturbios. «No vengan a decir que son perseguidos políticos», concluyó.