Al culminar la temporada regular este domingo 29 de septiembre, el venezolano Luis Arráez obtuvo su tercer título de bateo de manera consecutiva -–segundo en la Liga Nacional– y, de paso, con su tercer equipo distinto, con un average de .314; un hecho inédito y que realza aún más su condición como el rey de la disciplina y el contacto.
Tres coronas ya son argumentos más que suficiente para ratificarlo.
La lucha no fue fácil para el criollo de los Padres de San Diego, que, tras golpearse la rodilla corriendo hacia el plato hace una semana, tuvo evidentemente una merma en su físico; eso, sumado a que viene jugando desde hace dos meses con un ligamento roto en uno de sus dedos.
La situación fue similar a la de 2022, incluso a la de 2023. En ambas campañas, el sanfelipeño acarreó padecimientos físicos en la recta final.
Y en esta ocasión, se sumó un mini bache que, influido por esos problemas físicos, complicó todo para el venezolano. Sin embargo, sacó la casta en el último fin de semana, para terminar como líder bate, habiendo dejado atrás al dominicano Marcell Ozuna y al japonés Shohei Ohtani.
Ahora, el nombre de Luis Arráez resuena con más fuerza en la historia del beisbol venezolano.
Se une a Miguel Cabrera como los únicos compatriotas con tres títulos de bateo en años sucesivos (2011, 12’ y 13’).
A su vez, empata a José Altuve (2014, 16’ y 17’), y queda a sólo un gallardete de codearse nuevamente con ‘Miggy’; esto último entre los criollos con más coronas.
Amuleto y bateador con rutina establecida
No obstante, hay que destacar que, cuando Nelson Cruz apadrinó al venezolano y se convirtió en su mentor hace algunos años, entre las cosas que aprendió del dominicano fue a tener una ‘rutina clara’.
Año a año, vemos cómo Arráez trabaja, se cuida, se prepara para las temporadas, se ajusta en cada turno durante los partidos y sigue un orden cronológico de hábitos.
Hasta su racha de 141 apariciones consecutivas al plato sin poncharse es un argumento más que suficiente para glorificar todo ese trabajo.
Dicho eso, no hay que pasar por alto que Arráez ha sido un amuleto para San Diego, al igual que lo fue en 2023 para los Delfines de Miami.
Ayudó a esos equipos a clasificar a postemporada, y siendo fiel a su estilo de bateo de contacto.
De hecho, antes de su llegada este año al oeste californiano, los Padres tenían marca de 23-21.
Con la presencia del venezolano, alcanzaron récord de 69-47 cada vez que “La Regadera” saltaba al terreno.
Fuente: Líder en Deportes
Gráfica: Archivo
RG