Francia celebraba este 29Sep a su controvertido mito nacional: Brigitte Bardot, para todos simplemente B.B., cumple 90 años de estilo, reivindicación y rebeldía.
Ya han pasado 50 años exactos desde su última aparición como actriz y símbolo sexual, y la diva nunca cambió de opinión: el cine, el espectáculo, la notoriedad y los paparazzi ya no son para ella.
Ninguno fue la compañía ideal como mujer pública y por ello cambió lo cambió todo por la tranquilidad de su villa -cuasi museo- en Saint Tropez, y la fundación que lleva su nombre, dedicada desde hace décadas a la protección de los animales.
Desde mediados de los años 60 hasta 1974 -el año de la despedida- Bardot es una «marca» de éxito seguro en casi todas las películas, ninguna de las cuales iguala la calidad del primer período. Incursionó en el canto en 1962.
Sin embargo, el éxito, el divismo, el escándalo marcan profundamente su personalidad, obligada en público, a ser el símbolo sexual de la década. Una historia quizá parecida a la de Marilyn Monroe. De hecho, Bardot fue considerada la alternativa europea de la no mens memorable Marilyn.
En este siglo, BB se declara de derecha, en términos políticos. De hecho apoya apoya a Marine Le Pen, emblema del ultraderechismo francés.
Su carácter sigue siendo rebelde e independiente. Es incapaz de permanecer dentro de los convencionalismos, por eso, lejos de ser una anciana echada en una butaca, asegura que: «leo los periódicos, veo la televisión, me mantengo alerta y observo este mundo que se convierte en un circo».
Per no todo es fortaleza. La historia también mostró su otra faceta: la de una mujer frágil e insegura que buscaba refugiarse en un compañero.
Pero frágil o rebelde, de derecha o acérrima defensora de los animales, para Francia Brigitte Bardot sigue siendo tal icono que la efigie de la Marianne impresa en todas las viejas monedas del franco francés, tiene su perfil.
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