En su salutación pastoral de cara al inicio de la festividad en honor a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, Patrona del Zulia, el Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Monseñor José Luis Azuaje Ayala, recuerda por qué María es Madre de todos y dignidad de un pueblo.
Señala que María es Madre de todos los creyentes, “por eso convoca siempre a la unidad, a la comunión, a estar alrededor de la mesa, cuyo simbolismo es el compartir. Ella, como Madre, sabe con certeza que entre hermanos se deben tener buenos sentimientos, se debe perdonar, ser justos, honestos y dar lo mejor de cada uno”.
Mons. Azuaje enfatizó: “María es dignidad de un pueblo, como el pueblo zuliano, que ha sido golpeado con el látigo de las injusticias, como lo fue Jesús, quien tuvo que pagar las culpas de otros, de aquellos que no han sabido valorar la vida del pueblo en su dignidad, ni han sabido ofrecerles en la verdad una calidad de vida. Ella en el Magnificat ofrece esperanza, sabe que nada es eterno aquí en la Tierra, y menos el mal y las injusticias, por eso Ella invita a buscar a Jesús, a encontrarnos con Él, a no desprendernos de su amor”.
“La Chinita nos invita a seguir adelante, a no desfallecer en la búsqueda de la verdad, la justicia, el amor. Ella nos dice: ‘Hagan lo que Él les diga (Jn 2,5) porque sabe que su Hijo Jesucristo jamás abandonará al pueblo que ha recibido a su Mamá con amor y mística, y la ha hecho pueblo mariano, un pueblo chiquinquirá”, señaló el arzobispo de Maracaibo.
Dice el prelado que la Virgen de Chiquinquirá “cuando vino a nuestro pueblo fue para quedarse y sembrarse en la cultura zuliana, para que –de generación en generación—Jesús fuese alabado y bendecido a través de Ella, su Mamá (…) La Chinita como Madre no desampara a este pueblo que le honra, le canta, le danza, porque Ella es la Reina que, en la sencillez de su vida, comparte su suerte con este digno pueblo zuliano”.
El prelado invitó a que “estas hermosas fiestas a la Virgen nos ayuden a comprender el gran misterio de amor que Ella nos ha traído al Zulia, y ante su Hijo Jesucristo sepamos responder con valentía todo aquello que transgrede la vida plena; pero también nos ayude a despertar para saber responder como hijos e hijas de Dios ante los sofocantes retos que están ahogando la vida y las esperanzas del pueblo zuliano. Que la Virgen nos ayude a que cada uno, como miembro de esta comunidad zuliana, asumamos responsabilidades para la construcción de la cultura de la vida y de un desarrollo humano integral”.
Conferencia Episcopal Venezolana