En las manos de Dios | Por: Esther Perozo < El Informador Venezuela
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En las manos de Dios | Por: Esther Perozo

Esther perozo

Es muy triste ver a los venezolanos pasar calamidades dentro y fuera del país.

Los que están afuera, 24 horas son insuficientes para subsistir, pero los que estamos en el país, ni con 24 horas de trabajo subsistimos. Simplemente estamos en las manos de Dios. 

No ha sido suficiente la pandemia, la hiperinflación, el desempleo, la destrucción del aparato productivo del país, ahora se le suman las lluvias.  Este año el venezolano ha conocido la versión más rota de su alma, pero la más fuerte también. Definitivamente somos admirables.

Las lluvias desde hace años nos dejan saldos en rojo y este año no ha sido diferente, la crecida de los ríos nos dejan pérdidas humanas y materiales, destrucción de infraestructuras y enseres personales, dejando aún más desoladas y desesperanzadas a familias enteras. 

Mientras tanto, vemos con preocupación las dos caras de una Venezuela dividida: La Venezuela que ya celebra las navidades y la Venezuela que llora la pérdida de seres amados por el Covid-19, de sus bienes y enseres, la que escarba en la basura buscando comida, ropa o cualquier cosita que puede servirle para reemplazar lo perdido. 

De igual manera, vemos como el coronavirus hace estragos una semana si y una semana no, el Covid-19 se esconde en los templos religiosos, en los colegios, universidades y teatros, pero; los políticos y sus campañas lo desafían sin temor ni precaución, mucho menos distanciamientos social, los centros nocturnos vuelven al ruedo, la Liga Venezolana de Béisbol también hace sus planes y ni se hable de las interminables colas y pernoctas en las estaciones de servicios. 

Como dijo una vez el comandante el show debe continuar.

Otro que no le tiene miedo al Covid-19 es el “viejo verde”, el tan deseado dólar ese sale a la calle sin tapabocas y cada día se acerca más a las nubes, hoy cuando escribo este artículo, ronda el millón de bolívares por dólar, y con el nuevo salario de 1.200.000 –que no se han atrevido a hablar las autoridades del mismo-, más que por vergüenza -que no tienen, en nuestra humilde opinión- sino porque sigue siendo el salario más bajo del mundo.

Y nos preguntamos: ¿Cómo sobreviven los venezolanos? Definitivamente de la mano de Dios. 

Para nadie es un secreto que en Venezuela no funcionan los servicios públicos. No hay agua, ni gas, ni internet, ni transporte público, por ejemplo en mi estado Zulia la gasolina llega de gota en gota, la electricidad es intermitente, somos el titilar nocturno de Venezuela, donde además del famoso 7×7, tenemos un 12×12, un 15×9, un 24×48, en fin, es una total guachafita la que tienen las autoridades con nosotros, al punto que hay comunidades que tienen meses sin luz, debido a que con las fluctuaciones explotaron los transformadores y la empresa Corpoelec no tiene la capacidad para reemplazarlo. Para solucionar el problema del servicio eléctrico en estas zonas, la misma comunidad debe comprarlo al costo de 6.000$, es decir, que a estas localidades, el calvario por la falta de energía eléctrica, pica y se extiende.

Por más dinero en bono que repartan y cajas Clap, eso no va a cambiar la realidad del desastre en el que vivimos. Los venezolanos no queremos dadivas para sobrevivir, necesitamos un gobierno responsable que acabe con la hiperinflación, que reactive el aparato productivo nacional, en fin que aplique de manera responsable en ABC de la economía.

Sin contar con el mapa político dividido en mil pedazos, donde cada uno solo les importa su posición y permanencia dentro de la política venezolana, poco le importa el sufrimiento del pueblo que una vez lo eligió y apoyó, (con contadas excepciones), que parecieran estar arando en el mar, pero que más temprano que tarde recogerá sus frutos, porque para nosotros #LaGenteEsLoPrimero, así lo hemos venido demostrando a lo largo de estos años con nuestro secretario general, diputado Omar Ávila a la cabeza.

Desde Unidad Visión Venezuela reiteramos un llamado al país a organizarnos en aras de tomar el control, decidir por nosotros que es lo mejor, a olvidarse del mesías que no existe, dejemos de ser pueblo y actuemos como ciudadanos.

Somos nosotros quienes tenemos la solución, actuemos unidos, como la mayoría que somos, y vamos el próximo 6D a castigar con nuestra mejor arma: el voto, a esos dos extremos que nos han llevado al abismo.

Esther Perozo
Unidad Visión Venezuela

http://visionvenezuela.blogspot.com

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