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Fedeagro: extorsión en alcabalas genera pérdidas a transportistas y aumenta costo al consumidor

Fedeagro: extorsión en alcabalas genera pérdidas a transportistas y aumenta costo al consumidor

Foto; referencial. Daniel Sosa

En carreteras de Venezuela se impone la extorsión. Frutas, verduras, hortalizas o cualquier otro producto se quedan en las alcabalas, controladas por militares, como cobro de “vacunas” a los  transportistas”.

Esa situación, además de genera una pérdida en los camioneros quienes se desprenden no sólo de la mercancía, sino que en ocasiones les quitan hasta combustible., el producto llegue hasta seis veces más costoso al consumidor.

Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, explicó que la “matraca” es un hecho fijo. “Uno puede ver cómo tienen orillados a los transportistas bajándole los alimentos”.

La Pastora, municipio Torres, “la más matraquera”

“En todas las alcabalas del país se ve esto, pero una de la más abusiva es La Pastora, ubicada en la carretera Panamericana, sector La Pastora, municipio Torres”, dijo Fantinel.

“Los funcionarios de esta alcabala se valen de cualquier excusa para de alguna manera extorsionar al chofer y quitarle algo de la mercancía”.

Explicó que por La Pastora pasan transportistas que van desde Táchira, Mérida, Trujillo, recorren Barquisimeto y continúan su rumbo hacia las demás zonas del país, lo que la convierte en una de las alcabalas centrales, pero también la más “matraquera”.

Señala que atravesar un punto de control es una pérdida para cada transportista, a lo cual se le suma el alto costo de gasoil que lo deben comprar en el mercado negro, cuyo valor se ubica hasta en un dólar por litro.

A ese gasto se suman los peajes, que en cada parada son al menos 10 dólares los que deben cancelar. Todos esos factores, en conjunto, hacen que el intermediario tenga que incrementar costos en los viajes afectando al consumidor final.

Fantinel explicó que un kilo de cebolla en el campo cuesta 0.15 centavos de dólar, mientras que al consumidor puede llegar a 0.80 centavos de dólar, lo que se traduce en un incremento de seis veces su valor en comparación con los productores.

“Afecta al consumidor directamente porque paga más caro el producto”, pero también al transportista, ya que deja parte de su mercancía durante el  traslado, dijo.

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