El pasado 4 de noviembre, el sacerdote retirado, Roger Matassoli, de 90 años de edad, fue encontrado muerto en su casa en la ciudad de Agnetz, al norte de Francia. Tenía un crucifijo enterrado en su garganta. Lo asesinó un joven de 19 años que él violó.
Alexandre, como se identifica al ahora victimario, intentó huir en el vehículo de Matassoli, pero fue detenido. Tras análisis médicos, se consideró recluirlo en un hospital psiquiátrico. Trabajaba como asistente del occiso, pero tras lo ocurrido, ni siquiera eso recordaba.
Mes y medio después, es cuando se presentan cargos formales en su contra: asesinato, resistencia al arresto y tortura. El cuerpo del abad tenía evidencias de violencia, y haberlo asfixiado con el crucifijo es, de por sí, una tortura.
Tras conocerse la noticia de la muerte de Matassoli, los fantasmas de su pasado se sublevaron y un historial de pedofilia entre 1960 y 2000, recordaba que nunca se hizo justicia.
Para más señas, el propio padre de Alexandre, Stephane, también fue violado por el sacerdote, lo que provocó el suicidio de su progenitor, es decir, el abuelo de Alexandre, quien también quiso quitarse la vida tras su experiencia. De allí que las autoridades consideren que el móvil del crimen, fue la venganza.
¿Venganza, injusticia? Un dilema que viven las víctimas y sus familiares, como es el caso de Collete, la hermana de otro niño abusado quien murió adulto sin que las leyes atendieran su denuncia. Ella ahora asume la misión pendiente y busca declarar ante los juzgados.
No obstante, si bien Matassoli no fue judicializado, sí fue separado de funciones en 2009 ante las acusaciones y rumores en su contra. Al menos cuatro niños habrían sido sus víctimas.
El caso conmociona a Francia, y se suma a los tantos que obligaron a realizar la cumbre de la Iglesia Católica sobre la pedofilia, en febrero de 2019, en la que se adoptaron más medidas contra lo que el Papa Francisco llamó «monstruosidad», pero que algunos miembros de la jerarquía católica mundial consideraron tibias.
Alexandre todavía está hospitalizado en el psiquiátrico y sigue sin rendir declaraciones.