Casi la mitad de la población de Haití, 2,2 millones de adultos y tres millones de niños, necesitan ayuda humanitaria y miles de jóvenes enfrentan “niveles asombrosos” de violencia de género, dijo la directora de la agencia de Naciones Unidas para la infancia el jueves.
“Los haitianos y nuestro equipo me cuentan que (la situación) nunca ha sido tan mala como ahora: hambre y desnutrición sin precedentes, pobreza extrema, una economía paralizada, reaparición del cólera y una masiva inseguridad que crea que una espiral de letal violencia», dijo Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
Russell indicó que en la visita que acaba de hacer al país le quedó claro que la policía no tiene la capacidad para proteger el país y a la población de las bandas violentas y que “algo tiene que cambiar”.
“Como comunidad internacional, tenemos que decir que no podemos ver como este país se desmorona por completo”, agregó. “Y por ello mi trabajo es intentar llamar la atención sobre ese problema y asegurarme de que la gente entiende lo terrible que es esta crisis humanitaria, el impacto que está teniendo en la infancia”.
Durante una conferencia de prensa, Russell repitió algunas de las historias que había escuchado en un centro para sobrevivientes de violencia de género en una zona peligrosa de la capital, Puerto Príncipe.
Un niña de 11 años embarazada de ocho meses contó cómo cinco hombres la agarraron en la calle y la violaron, afirmó Russell, agregando que dio a luz días después de su conversación.
También en el centro, Russell escuchó a una mujer que describió cómo unos hombres irrumpieron en su casa y la violaron. Y cuando su hermana, de 20 años, se resistió, la mataron prendiéndole fuego y luego quemaron la vivienda.
“Me contaron que esto es parte de una nueva estrategia de los grupos armados. Violan a mujeres y niñas y queman sus casas para que sean más vulnerables y sea más fácil controlarlas», indicó.
Las declaraciones de Russell se produjeron un día después de que William O’Neill, que en abril fue nombrado experto de la ONU sobre Haití por el jefe de derechos humanos de la institución, dijese al final de una visita de 10 días a la isla caribeña que se necesita una fuerza internacional especializada para combatir la violencia de las pandillas y que debería imponerse un embargo de armas de inmediato.
“Me encontré un país golpeado por la violencia, la miseria, el miedo y el sufrimiento», afirmó O’Neill el miércoles, agregando que se están violando todo tipo de derechos humanos. “Es urgente tomar acciones. La supervivencia de toda una nación está en juego”.
Un departamento de policía con escasez de personal y recursos se esfuerza por luchar contra las bandas rivales, que desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, son cada vez más poderosas. La violencia ha llevado a un aumento de la hambruna porque la gente no puede salir de sus casas y los camiones no pueden entregar mercancías.
El aumento de los homicidios, violaciones y secuestros ha derivado en represalias y casi 200 personas murieron desde abril en ataques contra presuntos pandilleros.
El secretario general de la ONU, Antínio Guterres, pidió en ya en octubre el despliegue inmediato de una fuerza armada internacional para parar la violencia de las bandas y la peor crisis de derechos humanos registrada en la isla en décadas. En abril advirtió de que la inseguridad en la capital “ha alcanzado niveles comparables a los de países en conflictos armados”.
Ni Estados Unidos, criticado por intervenciones previas en Haití, ni Canadá han mostrado interés en liderar el operativo. En su lugar, la comunidad internacional ha optado por imponer sanciones y enviar material militar y otros recursos.
AP