En la medida que aumenta el precio de la carne, el pescado y las aves, en El Tocuyo, municipio Morán, las personas han optó por consumir más verduras, hortalizas y frutas, pero esa salida se agota con la hiperinflación.
Un recorrido por las fruteras tanto los consumidores como los vendedores coincidieron en que los precios de los vegetales aumentan de manera desmesurada y muchas veces no se «trae nada para la casa».
Johanna Pérez, ama de casa, reveló a periodistas de EL INFORMADOR: “Con esos precios sobrevivo, porque todavía se consigue dueños de negocio que tienen buen corazón que comprenden, y sabe que la cosa está dura y que para llevar la comida a la casa hay que ponerle corazón porque todo está por las nubes”.
Kenimil, dueña de una frutería, en el sector bomba Cubas, manifestó que, en el negocio se le tiene consideración a los clientes y por eso siempre vuelven.
En palabras de Marlene Colmenares, “los vegetales dejaron de ser la opción más barata, aunque ante el alto costo de la carne sigo prefiriéndolos para estirar el presupuesto familiar”. Cada semana aumenta el valor de los productos del campo y no hay sueldo que rinda.
Por su parte, Carlos Linares, propietario del Tomatazo, junto a su hermana Fanny, señaló que la gente se lleva uno o dos tomates, un pimentón, tres papas, una cebolla, un plátano. Ya no se compra por kilo, precisó.
Esta nueva conducta significa una caída en las ventas, por lo que ahora compran menos sacos y guacales para que los vegetales no se descompongan. La situación en las fruterías “no está color de rosas”. Hay que pagar el personal y lo que ingresa a diario, muchas veces no alcanza para la nómina. Nosotros optamos por poner a trabajar a los hermanos, es decir la familia para poder mantener el negocio con la santamaría arriba, apuntó Carlos Linares.
Texto y fotos: Pedro Timaure.