¿ La Verdad ?
Es realmente increíble como algunas personas se refieren a la situación por la cual atraviesa el país actualmente como si se tratase del país de las mil maravillas, tal cual los describe aquel cuento donde Alicia era su protagonista.
Al estado Lara, que es el primer productor de café en el país, se viene a aseverar que la producción de café venezolana ha aumentado. En Lara, según estadísticas del extinto “FONDO NACIONAL DEL CAFÉ”, FONCAFÉ, alrededor de 22.000 familias producían, para 1999, aproximadamente, Cuatrocientos diez mil quintales de café año (410.000 quintales de café/año). Venezuela tenía cuantificada su producción en Un millón quinientos cincuenta mil quintales de café año (1.550.000 quintales/año), para un consumo nacional de, aproximadamente, Novecientos cincuenta mil quintales de café año (950.000 quintales /año) y, una exportación de, seiscientos mil quintales de café año (600.000 quintales/año).
De estas exportaciones nació el nombre de “CAFÉ VENEZUELA,” de la empresa “UNIÓN DE PRODUCTORES DE CAFÉ GUARICO, UPROCA-GUARICO, empresa a la cual asesoraba Ad-Honorem, exportábamos café desde Guarico a Europa y a los Estados Unidos, a mediados de la década de los años de 1980, en una conversación el Bróker de la empresa, Señor Gonzalo Toro, me comentó que, en Alemania existía una torrefactora cuya razón social era ARKO, que producía una marca de café denominada “CAFÉ VENEZUELA.” Al señor Toro le encargue unos paquetes para tenerlos de recuerdo de nuestras exportaciones. Me trajo dos paqueticos, en épocas cuando se desconocía lo que esperaba a Venezuela. Pues bien, el señor Toro, me trajo dos (02) paqueticos de aquel “CAFÉ VENEZUELA”, que tenían impreso en su envase una supuesta bandera de Venezuela, en vertical, los colores amarillo, azul y rojo, e impreso 100% LAVADO FINO… CAFÉ CON CULTURA.
El cuatro de junio de 1999 (04-06-1999), logré hablar con el presidente Hugo Rafael Chávez Frías y, habiéndole regalado, en manos de su señora esposa María Isabel Rodríguez, uno de aquellos paqueticos de café y entre otras cosas, como que no tenía filiación política partidista alguna, le dije:
Presidente, si queremos rescatar la caficultura nacional debemos rescatar esta marca, salir a competir en los mercados internacionales con el producto terminado representado por esta marca, así como lo hace Colombia con Juan Valdés, además, no es justo que en Alemania se esté vendiendo nuestra cultura, la cual, constitucionalmente es irrenunciable…Lo demás no tiene importancia…
Las declaraciones históricas hechas por personas a quienes compete la producción de café en el país y por representantes del mismísimo Sindicato Nacional de Café Venezuela que, en rueda de prensa nacional, aseveraban que de un millón cien mil quintales (1.100.000 quintales), por ellos procesados industrialmente, tan sólo el cinco, coma, ocho por ciento (%5,8) era de café venezolano hacen presumir que en las cosechas siguientes no llegamos a doscientos mil quintales (200.000 quintales).
Habiendo pasado la última cosecha, ante la proximidad de la próxima y porque los caficultores por el hambre impuesta y por la necesidad de tener dinero para sufragar parte de sus necesidades y honrar sus deudas no tienen potencial financiero como para guardar su café, es posible asegurar que ya han vendido su producción y pareciera valedera la pregunta: ¿Dónde están almacenados los excedentes de los tres millones ochocientos treinta y un mil quintales (3.831.000 q.q.) de café que estábamos produciendo.
Repito, todo hace presumir que, siendo optimistas, si acaso, se están cosechando unos doscientos mil quintales de café (150.000 mil quintales). Adicionalmente, públicamente se ha aceptado que se han importado más de 700.000 quintales de café para cubrir el consumo interno por nosotros calculado en aproximadamente un millón trecientos mil quintales de café, año (1.300.000 quintales/año), al aplicar el supuesto aumento de la población de, aproximadamente, treinta por ciento (30%).
Importación efectuada desde países donde sus autoridades, en prensa nacional, aseveran que el crecimiento de su producción cafetera se debe al financiamiento del gobierno venezolano, quien a su vez en oportunidades les paga el café con sobreprecio al precio internacional.
Lo que, presuntamente, debería ser inaceptable es que a los productores criollos se les impone un precio por su café que no cumple con los acuerdos establecidos con la industria en presencia de autoridades gubernamentales y muchísimas oportunidades por debajo del precio internacional; todo, en supuesta, violación a sus Derechos Humanos, expresos, especialmente, en el artículo veintitrés, numeral tercero (Artículo 23-3), de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, (O.N.U.), suscrito por Venezuela y que, por lo tanto tiene jerarquía constitucional. Porque el precio pagado al productor constituye la remuneración por su trabajo.
Pero, ¿Quién aprueba el financiamiento que cubre los costos y gastos de importación a sabiendas que el precio de un quintal de café importado, supuestamente, no baja del precio internacional fijado y que a este se tiene que sumar los gastos de fletes y acarreos, almacenaje, aranceles, gastos aduanales, etc., etc., etc. Y hasta los viáticos, incluyendo licores, de quienes se trasladan para realizar las transacciones comerciales.
¿Porque se impone precios viles al productor criollo a sabiendas que esos precios no alcanzan para cubrir los costos de producción de los mejores cafés, los lavados?
¿POR QUÉ MIENTEN?
¿Por qué se destruye la producción de un rubro agrícola del cual logré demostrar que es Rubro Bandera con características de Estratégico y así fue considerado por las autoridades del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras?