Israel ha comenzado a llevar a cabo «operaciones terrestres limitadas» en Líbano, en medio de un aumento de la violencia que ha dejado a más de 60 personas muertas y alrededor de 90 heridas en las últimas 24 horas, según informó el Ministerio de Salud libanés. Los ataques han impactado diversas regiones, incluyendo el sur de Líbano, la Becá y Beirut.
El conflicto entre Israel y Líbano se ha intensificado desde el 8 de octubre de 2023, cuando la milicia chií libanesa Hizbulá lanzó misiles y drones suicidas hacia el norte de Israel en apoyo al movimiento palestino Hamás. Esta escalada ha provocado el desplazamiento de decenas de miles de israelíes que residen en las comunidades del norte, buscando refugio en otras partes del país.
Desde el 23 de septiembre, Israel ha ejecutado bombardeos aéreos masivos dirigidos a las instalaciones de Hizbulá, logrando eliminar a varios de sus líderes, incluido su secretario general, Hassan Nasralá. Las autoridades libanesas han contabilizado hasta ahora aproximadamente 1.100 muertos, miles de heridos y cerca de 200.000 desplazados a causa de los enfrentamientos.
El Gobierno del Líbano ha solicitado la intervención de la ONU para detener lo que considera una agresión. Observadores han señalado que nunca antes desde la Segunda Guerra del Líbano de 2006, Israel había atacado con tal intensidad a Hizbulá. Mientras tanto, la milicia sigue respondiendo con ataques de cohetes hacia el norte de Israel, intensificando aún más la tensión en la región.