En una placita junto a un jardín de infantes en el norte del estado de Texas, los niños juegan en una casa de muñecas. Algunos andan en triciclos. Un pequeño llora mientras una maestra trata de resolver una pelea por un juguete.
Cerca de allí, detrás de unos árboles, la empresa Total Energies hace algunas maniobras con la finalidad de buscar gas natural.
La firma francesa quiere iniciar excavaciones en otros tres sitios pegados al jardín de infantes Mother’s Heart Learning Center, que recibe niños en su mayoría de origen hispanos y de raza negra. Los tres pozos, más los dos ya existentes, estarían a unos 200 metros (600 pies) del terreno donde los niños plantaron unos girasoles.
La presencia de esos pozos alarma a la comunidad. La cercanía a este tipo de excavaciones conlleva muchos peligros para la salud, sobre todo para los niños, desde asma hasta trastornos neurológicos y de desarrollo. Y mientras que otros estados exigen a las empresas energéticas que abran pozos alejados de jardines de infantes, escuelas y viviendas, en Texas ocurre lo contrario: Resulta muy difícil combatir una excavación.
No solo hay jardines de infantes y escuelas cerca de estos pozos. También hay infraestructura, como estaciones compresoras, que envían el gas a los gasoductos y emiten humos tóxicos, e instalaciones para la exportación, en las que el gas es enfriado antes de ser despachado al exterior.
Con información de AP
Foto: AP News