Los tres ciudadanos nigerianos que llegaron como polizones este lunes a la isla española de Gran Canaria (Atlántico) han solicitado asilo a las autoridades españolas.
Por esta razón se ha dado permiso al petrolero «Alithini II» para que abandone el puerto y siga su ruta sin ellos.
Hasta este miércoles dos de los polizones seguían a bordo del buque, cuyo capitán era hasta ahora responsable de su custodia, y el tercero permanecía hospitalizado recuperándose de un cuadro de deshidratación.
Este último pidió hoy protección internacional en el Hospital, tras recibir la visita de un miembro del secretariado de migraciones de la Diócesis de Canarias, que le ofreció la ayuda de la Iglesia y del colectivo Caminando Fronteras.
Los otros dos migrantes pidieron asilo a bordo del barco, tras una visita de agentes de la Policía para interesarse por su situación, según reseñó EFE.
Desde la llegada de estos tres jóvenes, de entre 20 y 30 años, que viajaron escondidos en un hueco sobre el timón de un buque que había partido del puerto de Lagos once días antes, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la Iglesia, la comunidad africana en Canarias o la ONG Caminando Fronteras se habían movilizado para tratar de impedir que fuesen expulsados de Canarias como polizones sin, al menos, valorar sus circunstancias personales.
Al haber llegado de forma clandestina, a estos hombres no se les había tratado legalmente como migrantes hasta ahora, sino como polizones, con un marco jurídico diferente, en el que corresponde al armador del petrolero hacerse cargo de ellos y devolverlos al país de origen.