Mikheil Kavelashvili asumió su cargo como sexto presidente de Georgia en una ceremonia celebrada el domingo 29Dic en el edificio del Parlamento, en medio de una crisis política e la que la oposición pone en duda su legimitidad.
En su discurso inaugural, Kavelashvili dejó ver la inclinación del país a la integración a la Unión Europea y a la OTAN
También se expresó a favor de fortalecer las dañadas relaciones con EEUU, y apuntó que «con la nueva Administración (del presidente electo, Donald Trump) se solucionarán todas las incomprensiones».
Todo ello llama la atención habida cuenta de las conocidas opiniones ultraconservadoras y antioccidentales de Kavelashvili, etiquetado como proruso.
Aunado a ello, la crisis política de ese país se profundizó después de que el Gobierno congelara las negociaciones para la adhesión a la Unión Europea, una medida que desató multitudinarias protestas.
Mientras Kavelashvili hablaba, manifestaciones ocurrían fuera del edificio, con algunos enfrentamientos con la policía en los que hubo seis detenidos, según medios locales.
Por su parte, Sueño Georgiano niega cualquier fraude electoral y acusa a la oposición de intentar provocar una revolución, supuestamente financiada desde el extranjero.
El mandatario sucede a la proeuropeísta Salomé Zurabishvili, quien había advertido que se mantendría en el cargo y, aunque finalmente decidió abandonar el palacio presidencial, remarcó que sigue cuestionando la legitimidad del nuevo jefe de Estado.
El exdelantero del Manchester City, de 53 años de edad, fue elegido el 14 de diciembre por el Colegio Electoral Presidencial para un mandato de cinco años.
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