Foto: Julio Colmenárez
El agua turbia de la botella de plástico es supuestamente la que le dan de tomar a los privados de libertad en las cárceles de Barquisimeto (Fénix y David Viloria). Los familiares de los reos se la trajeron a la Defensora del Pueblo del estado Lara, Elba Yris Rodil, a quien este jueves le contaron sobre los padecimientos de los detenidos, especialmente en materia de salud.
«Están enfermos, tienen bacterias, enfermedades contagiosas o terminales y sólo los trasladan a los centros de salud cuando ya están a punto de morir. Para ellos es mejor dejarlos morir porque son privados de libertad y sus vidas no valen» dice una familiar afectada.
En lo que va de año, 10 privados de libertad en Lara han fallecido, las autopsias de todos aseguran lo mismo: shock séptico, peritonitis abdominal e infarto intestinal. Pero insisten los familiares en que los padecimientos son distintos y «muy graves».
Le exigen ayuda a la Defensora. Aunque lo han hecho en otras oportunidades, como en noviembre de 2018, pero el asunto no es tomado en cuenta por la institución, o al menos no han hecho nada para que la situación de los privados de libertad mejore.
Los parientes resaltan que su alimentación tampoco ayuda a mantener un organismo sano ni a recuperarse de las enfermedades. Las proteínas desaparecieron de su dieta y sólo comen arepa con «agua de auyama», cuenta la mamá de un detenido.
Por último, piden a Rodil que intervenga para que los sitios de reclusión sean en la misma ciudad de residencia de los privados de libertad, pues cuentan los familiares debido al costo del transporte y residencias, se les hace muy difícil visitar a sus parientes. Como a la señora Violeta Mujica, que tiene 1 año y 7 meses sin saber de su hijo Álvaro Joel Camacho Mujica, que aunque tiene sitio de reclusión Uribana, se lo llevaron a El Dorado en el estado Bolívar como parte de un «castigo».