La OPEP y otros países petroleros, incluyendo Rusia, han decidido este jueves 31 de marzo mantener un modesto aumento en la producción, un paso que respalda los altos precios en momentos en que el gobierno estadounidense se apresta a ordenar la liberación de hasta un millón de barriles de petróleo al día de la reserva estratégica del país para reducirlos.
El grupo de países productores, conocidos como OPEC+, decidió atenerse a su plan de incrementos graduales de la producción, realizado para compensar por los cortes suscitados durante lo peor de la pandemia del coronavirus en el 2020.
En mayo del año pasado, la OPEP anunció que aumentaría su producción en 432.000 barriles diarios. Eso es un leve aumento con respecto a los 400.000 barriles diarios de los meses previos.
La alianza se ha mantenido inmutable ante los pedidos de los países consumidores de petróleo de producir más crudo, en momento en que los precios de los combustibles se disparan, alimentando una inflación en todo el mundo. Los precios han ayudado a Rusia — el mayor exportador mundial, con 12% del mercado, a contrarrestar parte de las sanciones económicas que le ha impuesto Occidente por su invasión a Ucrania.
Las sanciones estadounidenses y europeas han asestado un duro golpe a la economía de Rusia, pero contienen excepciones para pagos por combustible. Esa es una concesión de Estados Unidos a sus aliados europeos, que son mucho más dependientes del combustible ruso. Washington ha prohibido la importación de crudo ruso. Europa, en contraste, adquiere 40% de su gas natural y 25% de su petróleo de Rusia y las autoridades europeas se han abstenido de un boicot, buscando en lugar de ello reducir la independencia a través de conservación y aumentando la producción de energía solar y eólica lo más rápidamente posible.
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