Por Martha Rodríguez Gervazzi. C.I. 13.575.876
En el medio curricular, es necesario asumir ciertos desafíos, a veces desconocidos, reservados en la arena o entre las piedras de las interacciones, para instalar al currículo como el componente medular de la práctica docente en la escuela.
Esta práctica lleva a un compromiso con los diferentes actores que conforman el escenario educativo; proceso diario que exige resolver conflictos que en el se suscitan ya sea a favor o en contra del desarrollo del currículo prescrito, que indica hacia dónde y cómo lograr el intercambio y la construcción de conocimientos y la interacción de saberes en los estudiantes que hacen la dinámica del aula.
Para hacer comprensible las realidades del aula, se requiere de habilidades muy específicas de los docentes. A veces se hace casi sin pensar, aunque con una mirada más a profundidad se descubre una perla preciosa dentro de una ostra, que los teóricos del currículo han denominado Currículo Oculto, el cual se desarrolla de manera paralela o alternativa al currículo formal.
Al respecto, Torres (1991) señala la importancia del currículo oculto, afirmando quefrente al currículo explícito que se desarrolla en las escuelas, “existe otro de carácter oculto que actúa de manera eficaz en el proceso de aprendizaje de los estudiantes y, qué sin duda cabe, aunque en este aspecto no se ha insistido suficientemente.” (p. 35).
Se le ha llamado Currículo Oculto porque su implementación es llevada a la práctica por el docente, quien proyecta a través de él su concepción del mundo; al formar parte de la vida cotidiana, pasa inadvertido ante los estudiantes, pero no por eso deja de hacer sentir sus efectos en ellos porque de alguna manera es tomado como modelo a imitar, e incluso, llega a tener mayor significación que los aprendizajes explícitos.
Le he llamado perla preciosa, porque contrario, de lo que generalmente se cree, el currículo oculto, deriva de ciertas prácticas institucionales que pueden ser más efectivas para que emerjan conductas y actitudes positivas, aportando indicaciones para desmitificarlo, como ese reproductor de ideologías o como un mero problema técnico instrumental del desarrollo curricular.
Lo cierto es que forma parte de procesos naturales que se producen en el aula y sus diferentes contextos relacionados y, a veces, es de tal fuerza y magnitud, que puede tener una mayor incidencia que el propio currículo prescrito.