El millar de espectadores, el máximo permitido en la cancha Philippe Chatrier, aplaudió con todo el fervor posible hacia Roger Federer cuando éste les saludó al retirarse, cuando ejecutó uno de sus 48 tiros ganadores e incluso cuando intentó una devolución entre las piernas que salió mal, muestra del respeto y aprecio que tiene toda la fanaticada del tenis no solo en Francia, sino en el mundo entero por el tenista suizo.
Este partido disputado en un lunes soleado marcó el retorno del astro suizo al Abierto de Francia, uno de los cuatro Grand Slam, dándole a los aficionados lo que anhelaban tanto como él: una victoria, verlo sobre la cancha realizando sus ejecuciones al fondo de la cancha, como sobre la red.
El primer partido de Federer en una de las grandes citas del tenis en 16 meses acabó con una victoria 6-2, 6-4, 6-3 sobre el uzbeko Denis Istomin en Roland Garros. Pudo relucir todo su repertorio — sólido con el saque y acierto con sus devoluciones, ya sea con la derecha, reveses, voleas y hasta dejadas en corto.
Sin dar muestras de óxido o de problemas con la rodilla derecha que se operó dos veces el año pasado, Federer duplicó la cuenta de tiros ganadores sobre errores no forzados — 48 a 20 — y no afrontó bolas de quiebre al dejar en 8-0 su marca histórica frente a Istomin.
Federer, quien el 8 de agosto cumplirá 40 años, no participaba en un Grand Slam desde el 30 de enero de 2020, cuando perdió ante Novak Djokovic en las semifinales del Abierto de Australia. /JU
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