José Luis Juárez Suárez, de 43 años de edad, fue abatido este jueves por las FAES en Barquisimeto, para el momento de su muerte, en su casa no había nada, todo estaba vendido para pagar una presunta extorsión y estaba en una situación en la que «casi dormía en el piso», contaron familiares.
Suárez, apenas podía comer con lo que ganaba «picando papas para perros», un trabajo humilde. Tenía nueve hijos, cinco menores de edad. Pero un grupo de funcionarios, de distintos cuerpos policiales, lo extorsionaba por una denuncia sobre un asesinato en donde estaba su nombre, explicaron padre, hermanas e hijos.
Un reporte policial señaló que el hombre tenía una solicitud de homicidio calificado por motivos fútiles, dos entradas por posesión de drogas y otra por porte ilícito.
El presunto enfrentamiento, de acuerdo a lo emitido por las FAES, ocurrió en el sector Santo Domingo después que el hombre se «resistiera a la autoridad».
«Se lo llevaron a golpes, no es como dicen ellos que lo sacaron y que fue enfrentamiento,ellos mismo se la metieron (la denuncia) para quitarle plata, ni siquiera saben a quién mató», dijeron familiares.
Una de las hijas de Suárez, que prefirió que su nombre no fuera difundido, narró que a su padre lo sacaron de la casa al frente de los niños, lo detuvieron y llevaron a casa de un vecino, aparentemente después de ello los habitantes de la zona escucharon un disparo.
Los uniformados se fueron después de eso con el cuerpo y lo trasladaron hasta el Seguro Pastor Oropeza, donde fue hallado después sin vida y con tres impactos de bala, comentaron sus allegados.
«Ellos dormían en el piso, no tenían nada, mi papá no tenía nada, él trabajaba era con las papas«, añadió la hija.
Las FAES también acotaron que el hombre era el líder de una banda delictiva conocida como «El Gumer» y el apodo de este era «El Burguez».
Su familia añadió a El Informador que Suárez era cristiano y asistía a una iglesia conocida como Casa de Oración.
ED
Fotos: Ángel Zambrano
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