TAPACHULA, México (AP) — Unos 5.000 migrantes salieron el lunes caminando desde la frontera sur de México, en lo que supone el mayor grupo de estas características que parte de Tapachula en más de un año.
La formación de grupos que se lanzan a caminar desde esta ciudad de Chiapas cercana a la frontera con Guatemala ha sido constante ante la lentitud de los procesos migratorios y la falta de recursos y trabajo para que los extranjeros puedan costearse la espera en el sur del país.
Sin embargo, no había uno tan grande desde junio de 2022 que salió en coincidencia con la Cumbre de las Américas que se celebró entonces en Estados Unidos y se centró en el tema de la migración. En aquel momento, el gobierno mexicano optó por disolverlo dándoles documentos a los migrantes para permitir su tránsito por México.
La nueva caravana, conformada sobre todo por centroamericanos, venezolanos, haitianos y cubanos, tiene lugar poco después de la reunión celebrada el pasado 21 de octubre también en Chiapas entre una docena de países de la región entre los que estaban los principales expulsores de migrantes y en medio de un creciente flujo de migrantes hacia Estados Unidos.
La caravana salió custodiada por patrullas de las fuerzas de seguridad locales. El lunes por la mañana, ni el Instituto Nacional de Migración ni la Guardia Nacional hicieron nada por detenerlos.
En lo que va del año más de 420.000 personas han atravesado la selva que separa Colombia de Panamá con dirección norte. Las cifras al llegar a México son menos claras pero el gobierno puso recientemente como ejemplo que sólo en el caso de los venezolanos habían entrado al país 60.000 en el mes de septiembre.
“Tenemos como tres meses viajando y vamos a seguir… En Tapachula nadie nos ayuda», dijo el lunes el venezolano Daniel González. «Ni migración ni Comar (la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado) nos resuelven los papeles”, agregó el hombre tras asegurar que volver a su país no es una opción porque las condiciones económicas en Venezuela empeoran cada día.
Desde el sur, algunos acuden a los traficantes, otros optan por usar transportes públicos y hay quienes avanzan caminando.
La organización no gubernamental internacional Médicos Sin Fronteras ha llegado a contabilizar recientemente hasta 1.400 migrantes caminando dispersos a lo largo de 250 kilómetros en un solo día.
Según explicó Irineo Mújica, de la organización Pueblo Sin Fronteras, muchos se sienten atrapados, sin empleo y viviendo en las calles por eso su organización intentó mediar con las autoridades migratorias antes de la salida del grupo del lunes.
Su objetivo era agilizar la expedición de documentos de tránsito y evitar riesgos en el camino. “Estamos tratando de salvar vidas con este tipo de acciones”, aseguró el activista. “Han desatendido el problema y dejan a la comunidad migrante varada», agregó.
Por eso los migrantes, como el hondureño Leonel Olveras, de 45 años, se desesperan. “Aquí no nos dan papeles, nos piden que esperemos meses, es mucho tiempo”.
Más tarde, Mújica informó que el grupo sólo había recorrido unos 14 kilómetros y se había detenido a pasar la noche en la ciudad de Álvaro Obregón. Los migrantes tienen previsto intentar recorrer más distancia en los próximos días, pero todo dependerá de las condiciones climáticas y el estado físico de las mujeres y niños que conforman la caravana.