Sacramento Kings y Bucks de Milwaukee, del baloncesto profesional estadounidense, cerraron las instalaciones de práctica este fin de semana después que detectaran casos positivos de coronavirus dentro de las nóminas, aunque las instituciones no han aclarado si hay más de un contagiado.
Ambos equipos se suman a los Nuggets de Denver, los Heat de Miami, los Clippers de Los Ángeles, y los Nets de Brooklyn que han tomado el cierre como medida preventiva antes del reinicio de la liga.
De acuerdo a varias fuentes y agencias de noticias, no quedó claro de inmediato si hubo más de una prueba positiva, pero indican que los Bucks planean mantener la instalación cerrada para los entrenamientos hasta que el grupo de viaje del equipo parta para el inicio de la liga en Orlando (Florida), el jueves.
La noticia sobre el cierre de las instalaciones de los Kings se produció horas después de que los Bucks también decidieran cerrar las suyas.
La NBA tiene previsto reiniciar la temporada regular el 30 de julio con 22 equipos en el Walt Disney World Resort, y los cierres de instalaciones deportivas de casi un tercio de las franquicias que van a participar no es la mejor noticia que podía tener la liga.
Además, varios jugadores ya han decidido oficialmente no viajar a Orlando con sus respectivos equipos debido a distintos factores que les impedían poder competir al máximo nivel.
El primero que dio el «no» a Orlando fue el escolta Avery Bradley, de Los Ángeles Lakers, seguido por el veterano escolta alero de origen dominicano Trevor Ariza, de los Trail Blazers de Portland, ambos por motivos familiares.
El pívot de los Nets, DeAndre Jordan, informó que tras haber dado positivo al COVID-19 había decidido no arriesgar su salud de cara al futuro.
La NBA ha montado en Walt Disney World Resort una «burbuja» que le costará 150 millones de dólares, sin que a los partidos puedan asistir aficionados y con protocolos de salud para mantener a los jugadores seguros durante el tiempo que dure la competición, hasta el próximo octubre.