El astro argentino Lionel Messi no se presentó a las pruebas PCR que han pasado los jugadores de la primera plantilla del Barcelona antes del primer entrenamiento del curso, que tendrá lugar este lunes, y así ha abierto un capítulo más en el conflicto contractual que tiene con el club por su salida.
Este incoveniente empezó en el mismo momento que los abogados del jugador mandaron el martes un burofax al club en el que se expresaba su deseo de irse acogiéndose a la cláusula liberatoria que se incluyó en el contrato firmado el 2017 y que le permite irse de forma libre al final de cada temporada.
Pero, en el contrato, se especifica el 10 de junio como la fecha límite para que Messi informe de su intención de irse y el burofax se envió el 25 de agosto. La argumentación de la parte del argentino es que esta es una temporada atípica a causa de la pandemia del coronavirus, la cual retrasó el final de curso hasta el 23 de agosto con la celebración de la final de la Liga de Campeones.
Haciendo uso de esta argumentación, Messi y sus abogados consideran que con el envío las comunicación legal hicieron efectiva la cláusula liberatoria y que ya no se debe al Barcelona como trabajador. Por eso no se presentó a las pruebas PCR.
El FC Barcelona, por su parte, se aferra a la fecha límite del 10 de junio y le remite a la cláusula de rescisión de 700 millones de euros si quiere marcharse a otro club. Después de que el jugador no se haya presentado a las pruebas PCR, el club puede abrirle un expediente de sanción grave si así lo cree conveniente.
Daniel Sosa con información de EFE
Foto: EFE