La Unión Europea se comprometió el martes a apoyar con más de dos millones de dólares la realización de las elecciones en Bolivia y anunció que enviará una delegación de observadores —cinco a seis expertos— para elaborar un análisis integral del proceso del 18 de octubre.
El Alto Representante y vicepresidente de la UE, Josep Borrell, expresó en un comunicado que la necesidad de organizar unas “elecciones genuinas y creíbles es de suma importancia para el pueblo boliviano” para llegar a la “ansiada estabilidad que busca el país».
Los expertos reforzarán la delegación que está en La Paz a pesar del “difícil contexto” por la pandemia del nuevo coronavirus, señala el documento.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, anunció hace una semana que también llegarán las misiones de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Centro Carter y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore).
Además del apoyo de dos millones de dólares al TSE por parte de la UE, habrá una cooperación del Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos (IEDDH) de 600 mil euros para respaldar los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil boliviana para realizar una observación nacional del proceso.
Los comicios de octubre se realizarán después de que en la nación andina se produjeran unas fallidas elecciones el año pasado, con acusaciones de fraude, que generaron fuertes protestas que obligaron al expresidente Evo Morales a renunciar. El conflicto duró un mes y dejó un saldo de 36 personas fallecidas.
La entonces senadora Jeanine Áñez asumió ante el vacío de poder con la misión de llamar a nuevos comicios, pero el proceso se retrasó debido a la pandemia. Ahora Áñez es una de las candidatas a la presidencia.
Morales aún es jefe de campaña de su partido político —el Movimiento Al Socialismo (MAS)— desde su exilio en Argentina, donde ha sostenido reuniones con la comunidad boliviana y autoridades del gobierno de ese país, lo que ha generado algunas quejas del TSE y el gobierno de Bolivia por presunta injerencia. La comunidad más grande bolivianos está en Argentina.
El canciller argentino Felipe Solá se comprometió a garantizar el voto de la comunidad “bajo la responsabilidad de las autoridades de Bolivia”.
“Nosotros haremos todo a nuestro alcance para que funcione la democracia para los bolivianos que viven en Argentina”, mencionó dejando en claro que ellos no reconocen al gobierno de Áñez.
“El nivel de hostilidad ha sido muy grande”, agregó.