“Es más fácil desintegrar un átomo, que un prejuicio”… Albert Einstein.-
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SEXTA Y ÚLTIMA DE LA SERIE DE COLUMNAS.-
Marcos Bandrés, opina que en vez Chiriquí, el segundo equipo panameño, junto con el de la capital, debe ser el de los Toros de Herrera. Buena sugerencia. Gracias.
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¿Cómo de bien se sentirán en Barranquilla, cuando sus Caimanes jueguen en Phoenix, Arizona, o en Hermosillo los hermosillenses cuando los Naranjeros estén en plena actividad en Miami, o curazoleños y arubanos los días de sus Isleños en San Diego?. Será la pelota del Continente Americano unida por la competencia, por el deporte, por el espectáculo, por el negocio, por el entusiasmo.
Uno de los inconvenientes de esta idea es que la Confederación del Caribe y el Pacífico (CCP) debe iniciar los trabajos de la agenda, consultando con sus asociados y con la oficina del comisionado. Y todos sabemos lo inactivos, perezosos, dubitativos y poco creativos que han sido por esos predios durante 71 años.
En seguida deberían ofrecer las franquicias a los posibles empresarios en cada proyecto de sede. Y la culminación tendría que ser en una mega convención de los propietarios actuales, los candidatos a entrar, el comisionado y sus ejecutivos, igual que los mismos integrantes de la CCP.
Predicción… Si en San Diego y en Miami dicen sí, se oirán puros sís en todas partes.
Los calendarios con 40 equipos en 90 días de juegos, en la temporada regular, 15 de septiembre-15 de diciembre, no es una utopía. Si cada equipo visita al resto de la División una vez para tres encuentros, serían 21, más 21 para recibirlos, total 42. Quedarían 48 fechas para juegos frente a otras Divisiones, Juego de Estrellas y días libres. De todas maneras, los especialistas en rósters, son geniales, siempre encuentran cómo lograr lo mejor. Dejemos que ellos se preocupen por este caso, cuando llegue la hora.
Para la postemporada tendríamos del 15 de diciembre al ocho de febrero.
En cuanto a las sedes, tanto las tradicionales como las nuevas, se beneficiarán en grande. Algunas necesitarán construír estadios, otras mejorarlos, la mayoría ampliar y modernizar sus sistemas de turismo. Un equipo de beisbol de esta categoría cambia para mucho mejor la vida de toda ciudad.
Cuando la primera Serie del Caribe, en La Habana, 1949, jugaban en las Mayores con ocho equipos en cada Liga y Joe DiMaggio cobraba 100 mil dólares por temporada. ¡Cómo ha cambiado todo, menos la Confederación del Caribe y del Pacífico!. ¡¡Caballero, son 71 años de abandono!!. Eso se llama en buen castellano, anquilosamiento, vivalapepísmo.
Lázaro…: Levántate y anda… ¡Digo yo, ¿no?!
ATENCIÓN.- Puedes leer el archivo de “Juan Vené en la Pelota” en internet, entrando por “el deporte vuelve a unirnos”.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
@juanvene5