El doctor Scott Atlas, un asesor científico del presidente Donald Trump escéptico con las medidas para controlar la pandemia del coronavirus, dejó su cargo en la Casa Blanca.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que el neurorradiólogo, que no tenía experiencia formal en salud pública ni en enfermedades infecciosas, renunció al final de su contrato temporal con el gobierno.
Atlas llegó a la Casa Blanca en verano, donde chocó con los principales científicos del gobierno, los doctores Anthony Fauci y Deborah Birx, al resistirse a esfuerzos más drásticos para contener el brote de COVID-19, que ha matado a más de 267.000 estadounidenses.
Atlas discrepó con expertos gubernamentales y con el consenso generalizado de la comunidad científica al criticar los esfuerzos por animar al uso de mascarillas para ralentizar la propagación del virus.
Hace apenas unas semanas, en Twitter, respondió a las últimas restricciones impuestas en Michigan animando a la población a “levantarse” contra las políticas estatales.
Sus opiniones también llevaron a Stanford a emitir un comunicado distanciándose de él como miembro de su claustro, señalando que Atlas “ha expresado opiniones que son inconsistentes con el enfoque de la universidad en respuesta a la pandemia».
Atlas defendió su puesto en su carta de renuncia diciendo: “No puedo pensar en un momento donde proteger la ciencia y el debate científico sea más urgente”.
Atlas fue contratado como “empleado especial del gobierno» con un servicio limitado de 130 días naturales, marca que alcanzó esta semana.
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