Angélica Romero Navas.- Si preparar la tradicional cena navideña será cuesta arriba para los venezolanos, debido a la escasez de proteína animal y el alto costo de los insumos para elaborar las hallacas, ensalada y pan de jamón, acompañar estos platillos con las típicas bebidas como el vino, sangría, ponche crema o whisky, será un lujo accesible solo para una pequeña parte de la población.
Durante el 2018, las licorerías cambiaron el precio de las bebidas semanalmente debido a la inflación, que no permitía comprar la mercancía y obtener las ganancias necesarias para mantener en pie los negocios.
Douglas Sánchez, de la cámara que agrupa a los licoreros en el estado Lara, señala que el año ha sido muy fuerte para el sector porque debido a estos cambios bruscos en los precios, las ventas “se trancaron” y eso impidió la salida de los productos.
Por tanto, las licorerías sí tienen los suministros suficientes para abastecer una eventual demanda, y que serviría para enmendar las pérdidas del año, aunque las expectativas de que esto ocurra, son muy bajas.
-La disponibilidad de licores sí la hay, únicamente en productos nacionales. Los vinos y el tradicional ponche crema, se consiguen pero en pocas cantidades.
Precios que superan el salario
Una caja de cerveza se ubicó en noviembre de 2018 entre 4.000 y 5.000 bolívares soberanos, un promedio de 15 dólares en el mercado paralelo, que por mucho supera el ingreso mensual del venezolano común.
En las licorerías de Barquisimeto, aseguraron a EL INFORMADOR que la sangría y el ponche “no volvió a llegar”, tampoco el vino Sagrada Familia.
Venezolanos optan por licores de baja gama
Diciembre de 2017 fue “regular”, asegura Sánchez, quien tiene 27 años trabajando en el ramo. A pesar de las adversidades económicas, el venezolano se permitió consumir bebidas en Navidad, especialmente la cerveza y los de baja gama.
También causaron furor las bebidas destiladas de caña de azúcar y el cocuy. Sobre todo los preparados, con miel, sábila y frutas tropicales.
Mientras que el grupo selecto, con paladares y gustos más finos, que prefiere licores de alta gama como el whisky escocés o 18 años, debió recurrir a los grandes bodegones, porque en las pequeñas y medianas licorerías ya no se hacen importaciones, explica Sánchez.
Cierre definitivo de licorerías
Pese a que pudiera existir la percepción de que las licorerías registran altas ventas porque los viernes y fines de semana están abarrotadas, el experto indica que el número de licorerías en donde ocurre este fenómeno es irrisorio.
-Tú ves algunas full y con gente tomando en los alrededores, porque permiten el consumo en el sitio, pero eso no significa que sean todas. Las ventas en el 2018 no se comparan a las de años atrás.
En todo el estado Lara hay un estimado de 2.000 licorerías registradas, pero un promedio de 100 bajaron sus santamaríaseste año, y otras “trabajarán hasta el 31 de diciembre”.
Sánchez señala que el Gobierno emitió una nueva providencia de máquinas fiscales e imprentas. Un texto legal que modifica sustancialmente las características que debe tener una máquina fiscal o impresora fiscal, por lo que un grupo de éstas que no cumplen con los requisitos tributarios, deben ser reemplazadas a partir del 1 de enero.
-Eso significa el fin de las pequeñas y medianas empresas porque reemplazar una máquina fiscal es muy costoso, puede oscilar entre 250 mil y 300 mil bolívares soberanos, indica Sánchez.
Esta providencia no sólo afecta a las licorerías, sino a las empresas en general: panaderías, ferreterías y toda persona jurídica.