Irailis del Valle Agüero Rodríguez, de 24 años de edad, llegaba a su casa en Quíbor, municipio Jiménez, siempre cerca de las 4:00 de la tarde, un día ese horario no se cumplió, y su familia sabía que algo podía haber pasado.
Irailis fue asesinada el pasado sábado 16-Ene por quien era su pareja, un joven identificado por el Cicpc como Jonathan José Rodríguez Rodríguez (22), que le decían «Jon» y actualmente está en fuga.
Aunque su cadáver permaneció dentro de su residencia dentro de un cuarto, nadie sabía que podía estar ahí. El dormitorio tenía candados en la puerta, que había colocado su homicida, presuntamente para ganar tiempo y huir antes de que descubrieran el cuerpo.
El padre de la joven, Wilfredo Agüero, inició una búsqueda por la zona y preguntó a los vecinos sobre su paradero, nadie tenía una respuesta certera.
«¿No la han visto pasar por ahí?«, repetía con angustia.
En declaraciones para El Informador Venezuela el hombre comentó que, tras revisar toda la casa, consiguieron la llave y unos bolsos que la víctima había llenado para irse de la casa.
Irailis, antes del crimen que acabó con su vida, estaba pensando en abandonar a Jonathan, debido a la violencia en discusiones anteriores, esto se lo había comentado a una de sus amigas, incluso el mismo día del suceso, dijo el padre.
«Cuando abrimos la puerta que faltaba, estaba ella tirada en el piso, muerta«, añadió.
La misma madre del presunto asesino, fue quien le dio la idea al padre de que algo podía estar mal, pues su hijo; había aparecido en su casa cerca de las 11:30 de la mañana, abordo de una bicicleta, dijo que su pareja lo había abandonado y estaba nervioso.
«Un día de estos vamos a saber que te mató»
Las advertencias habían sido muchas para la víctima, el padre, incluso había tenido oportunidades para aconsejarla que denunciara agresiones, sin embargo nunca fueron con la policía.
La pareja «se separaban y volvían otra vez», pues compartían trabajo, y se veían constantemente.
«Un día de esto vamos a saber que te mató, quédate quieta, aquí no estorbaís», le dijo el padre a Irailis, días antes de que fuera estrangulada.
Un día antes del crimen, ella había decidido dejarlo, «Sí papá, yo no aguanto ese loco ya», le comentó.
Él era celoso, la tenía amenazada para que no se fuera de la casa, era un buen muchacho, le gustaba trabajar, jugar béisbol… Tiene que pagar por lo que hizo».
Wilfredo contó que cuando hallaron el cuerpo, un vecino, amigo del homicida, recibió una llamada de él, su madre estaba en el sitio y le pidió que se entregara a las autoridades, porque sino, lo iban a matar, su respuesta fue contundente: «Todavía no porque me faltan dos».
Estos, se presumen que son dos primos de la víctima, pero se desconoce las razones de la disputa con el femicida.
El cuerpo de la joven no presentó señales de violación, solo marcas y rasguños en el cuello, según pudo conocer el equipo reporteril de El Informador el lunes en la morgue del Hospital Antonio María Pineda de Barquisimeto.
Irailis dejó un hijo de 6 años, que vivía con los abuelos.
ED/Foto Ángel Zambrano