Todo el que caminó por las aceras del centro de Barquisimeto, en alguna oportunidad debió haber visto a un personaje que diariamente se ubica en una de ellas. Miles de personas se topan y comparten con él, pero muy pocas conocen su historia.
Joel Barcos es un ejemplo de que las discapacidades físicas no son barreras para salir diariamente a trabajar. «Un guerrero» así es conocido por algunas personas que han tenido el agrado de toparse con él.
Joel, oriundo y residenciado en Bobare, parroquia Aguedo Felipe Alvarado del municipio Iribarren, viaja todos los días desde el barrio La Cruz en la mencionada localidad, para dirigirse a su puesto de trabajo en la avenida 20 entre calles 26 y 27, en las afueras de la tienda Miramar, y aunque se trata de un viaje largo, todos los días se levanta con la firme disposición de trabajar y de ayudar a su familia.
Este voluntarioso bobareño, junto con sus dos hermanos, fue criado por su abuela paterna, pero a los escasos dos años de vida, sufrió de meningitis, dejando como secuela, sus miembros inferiores atrofiados, por lo que le fue imposible volver a caminar con normalidad.
Pese a todo, afirma que tal discapacidad no es una limitación para salir a trabajar, y de esa forma, ayudar a su papá y a su hermana, con quienes convive en el mencionado barrio bobareño.
Este hombre de 46 años de edad relata que le ha dedicado los últimos 27 años de su vida a trabajar como buhonero en el centro de Barquisimeto. Detalla que, aunque se inició como tal en el terminal de pasajeros de la capital larense, donde laboró como vendedor durante dos meses, se trasladó posteriormente a la avenida 20, donde permanece hasta ahora.
Aunque a diario compra su comida por cuenta propia, indica que hay días buenos y días malos, pero eso no lo hace decaer, sino que lo impulsa a levantarse al día siguiente con más ánimos y esperanza de que las cosas mejorarán.
«Es inspirador y ejemplar»
Los comerciantes que tienen años compartiendo con Joel en el mismo sector indican que su caso es «inspirador» para ellos. «Es admirable ver el animo que tiene para trabajar; no le gusta pedir, su intención es trabajar«.
Por lo que se evidencia que el espíritu de trabajo de Joel le permite levantarse todos los días con la finalidad de ayudar a su familia.
Su popularidad se ha extendido por todo el centro de la ciudad crepuscular; por ello, todo el que ve a Joel lo saluda, lo ayuda y lo esperan para llevarlo hasta el terminal de pasajeros de Barquisimeto. «Los mototaxistas, cuando ven que ya recogió la mercancía, se regresan para llevarlo al terminal; de ahí aborda la buseta para ir a Bobare. Eso es todos los días«.
«Cuando lo estábamos conociendo era un problema: Intentábamos ayudarlo y no se dejaba» relata uno de los trabajadores de la tienda Miramar. «Ni siquiera un vaso de agua nos quería recibir, ya después de hablar con él, las cosas fueron mejorando».
Joel Barcos invita a todos los larenses a tener voluntad, a ser emprendedores, a luchar contra las adversidades, en fin, a trabajar, a pesar de las dificultades físicas que puedan tener e insiste en que su discapacidad no es un problema; que lo importante es tener en mente un objetivo y luchar para cumplirlo.
Naikarys Cordero
Foto: @angelzamb11