En medio de la cordillera, la que fue la hacienda de Pablo Escobar albergó cantidades de canguros, jirafas, elefantes y otras especies exóticas, un verdadero zoológico de animales importados ilegalmente que fue la máxima ostentación que hizo durante su reinado como capo del tráfico de cocaína.
Escobar y su Cartel de Medellín ya no están, pero una de las especies que trajo se reproduce en el interior y alrededor de la hacienda, convertida en un parque temático: el hipopótamo.
Igual que el hombre que los trajo tras comprarlos a un zoológico de Estados Unidos, los animales son una fuente de controversias.
Los esfuerzos del gobierno por controlar su reproducció no han funcionado y la cantidad de hipopótamos subió de 35 a entre 65 y 80 en los últimos ocho años.
Un grupo de científicos advierte que los hipopótamos comprometen la biodiversidad de la zona y podrían matar a lugareños. Si no se hace nada, para el 2035 podría haber 1.500 hipopótamos en esta región de Colombia./DR
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