Hablar de Pedro Infante en una crónica periodística pudiera entenderse que es algo así como llover sobre mojado, por la sencilla razón de que se han dicho y escrito tantas cosas de él, que hurgar en la historia para encontrar alguna novedad que no se conozca sería harto difícil.
No obstante, modestamente, pudiéramos señalar, casi sin temor a equivocarnos, que Pedro Infante ha sido, hasta ahora, el más grande ídolo popular que haya parido el mundo hispano-parlante, incluida España.
Por supuesto, su trágico deceso, ocurrido el 15 de abril de 1.957, en razón de lo antes apuntado, estremeció a todo ese mundo hispano-parlante.
Y lo estremeció no sólo porque Infante se encontraba al momento en la cúspide de su carrera artística y musical, sino porque, incluso, aún no había cumplido los 40 años de edad, es decir, todavía bastante joven.
A ello pudiera agregarse lo sorpresivo de su muerte, y menos aún que hubiese ocurrido en un inesperado accidente aéreo, en su propio país.
Breve biografía
Siendo muy breves, pudiéramos señalar que nuestro artista nació en Mazatlán, una ciudad portuaria estado mexicano de Mazatlán, el 18 de noviembre de 1.917, y falleció el 15 de abril de 1.957,
Fueron sus padres Alfonso Infante García, quien tocaba el bajo en una banda musical de ese poblado, y el ama de casa María de Refugio Cruz Aranda.
Medía 1,77 metros de estatura, poseía buena contextura física y fue el tercero de 15 hijos de ese matrimonio, entre hembras y varones.
Vida privada
En su vida privada, estuvo casado con María Luisa León y con la también actriz Irma Dorante, aun cuando igualmente se le conocieron públicamente dos parejas: Guadalupe López y Lupita Torrentera.
Con todas ellas, procreó en total seis hijos, cuatro hembras y dos varones, pero también tuvo una hija adoptada legalmente, la que, en realidad, era una sobrina, hija de una hermana.
No culminó la educación primaria
Pedro no pudo terminar la educación primaria ya que, desde muy jovencito, hubo de dedicarse a trabajar para colaborar en el sustento de la numerosa familia.
Sus primeras ocupaciones fueron las de barbero y de carpintero, profesión esta última que aprendió de un vecino cercano, de nombre Jerónimo Bustillos, y que le permitió construir por sí mismo su propia guitarra.
Según lo contó el propio artista en una oportunidad, el cantaba “desde muchachito”, y, ya “armado” con su guitarra, comenzó a cumplir presentaciones en algunos establecimientos nocturnos, de donde rápidamente pasó a cantar también en algunas radioemisoras de su poblado natal.
Pero igualmente también integró algunas agrupaciones musicales, de las cuales se recuerdan su primer conjunto, al que él mismo denominó “La Rabia”, y luego, ya para 1.932, pasó a formar parte de la orquesta Estrellas de Culiacán, de esta última localidad cercana, a donde se había mudado junto con su esposa de entones, María Luisa León, en ambas agrupaciones obviamente interpretando los temas de música popular del momento.
En 1.939, logra trasladarse a la capital de su país, Ciudad de México, en donde, yendo para allá y para acá, logra un contrato con la estación XEW para cumplir presentaciones allí, así como también en un centro nocturno capitalino, denominado Waikikí.
En ese mismo año, tuvo una primera y fugaz participación actoral en la película “En un burro, tres baturros”.
Su primea grabación, en 1.943, se intituló “El soldado raso”, para el sello Discos Peerles, aun cuando algunos otros afirman que el primer tema que grabó fue un valse, denominado “Mañana”.
En todo caso, ambas grabaciones pasaron sin pena ni gloria
Momento trascendental
Así las cosas, llegó uno de sus primeros momentos trascendentales, cuando lo incluyeron como actor secundario en la película ”La Feria de las Flores”, protagonizada por otro grande de la canción mexicana, y quien, además, copaba la escena para ese momento, Tito Guízar.
No obstante, en esa película, Infante apareció en varias escenas, lo que permitió que varios productores cinematográficos se interesaran en él.
De esa forma, mezclando –o explotando- su condición actoral con sus atributos vocales, a partir de allí, comenzaron los éxitos de Pedro en ambos renglones, pues los contratos empezaron a aparecer.
Por supuesto, su figura comenzó paralelamente a crecer, y, ya a finales de los años 40, había cimentado una enorme ola de seguidores, al extremo de que tuvo la ”irreverencia” –valga el término- de competir con quien era el ídolo del momento: Jorge Negrete, otro gigante de la canción mexicana.
Tanto las películas como las canciones de Pedro Infante son tan conocidas, que pudiera considerarse innecesario hablar de ellas. Es más: Muchos mexicanos se dan el tupé de afirmar que las canciones de Infante se venden ahora tanto o más que cuando estaba vivo.
Pudiéramos, en todo caso, señalar que casi todo lo que él grababa lo pegaba, y que casi todas sus películas fueron, asimismo, éxitos de taquilla arrolladores.
Incluso, su última producción cinematográfica, “Tizoc”, o “Amor Indio”, como también se le llamó, logró conquistar el Oso de Plata, el primer premio del Festival Internacional de Cine de Berlín, Alemania, en 1.957, como reconocimiento a la magistral demostración actoral de Pedro Infante.
Por cierto, en esta película, la contraparte de Infante en esta producción cinematográfica fue nada menos que María Félix, la gran diva del cine azteca.
Valga señalar que el referido galardón le fue conferido a dicho filme poco después de la muerte del vocalista.
Varias facetas
En su carrera como actor, nuestro artista alternó el melodrama popular y romántico, con las comedias urbanas y con las aventuras de los charros, o “charrerías”, como le llaman en México.
Pero también encarnó a personajes del día a día en su país, desde el sencillo obrero, pasando por el boxeador de barrio, hasta el sencillo indio autóctono (Caso de “Tizoc”).
A manera anecdótica, pudiera señalarse que, en el año 1.952, Infante filmó la película “Dos Tipos de Cuidado”, nada menos que haciendo pareja con Jorge Negrete, otro gigante de la canta mexicana,
Esta producción se convirtió en una de las películas más vistas, seguidas y populares de la época de oro del cine mexicano.
El fatal accidente
Infante era gran aficionado a la aviación. De hecho, tenía su propio avión, un pequeño C-87 de la aerolínea Tamsa, de la que él mismo era socio.
Aun cuando la aeronave venía desde la época de la Segunda Guerra Mundial, se le habían hecho algunas remodelaciones para mantenerlo activo.
Así las cosas, en la aciaga fecha, el avión debía volar desde Mérida, en el estado de Yucatán, con destino a Ciudad de México, piloteado por el artista, a quien acompañaban el capitán de aviación Víctor Vidal y el mecánico de vuelo Mariano Bautista.
Al no más levantar vuelo, entre 7:30 y 8:00 de la mañana, el aparato fue perdiendo altura rápidamente, y se precipitó a tierra en la misma ciudad de Mérida.
El aparato cayó sobre una vivienda ubicada en el cruce de las calles 62 y 91 de esa localidad. Murieron todos los ocupantes del avión, y, además, una dama que se encontraba en la casa.
Es bueno igualmente significar que Pedro Infante fue nominado seis veces al premio como mejor actor, en los galardones de la Academia Nacional de Ciencias y Artes Cinematográficas dd México.
De tales nominaciones, sin embargo, únicamente logró la de 1.954, por la película “La Vida No Vale Nada”.
El ídolo viene a Barquisimeto
Quizás muchos barquisimetanos, sobre todo los jóvenes, y hasta los de menos de 50 años de edad, no saben que, unos tres meses antes de su muerte, Pedro Infante estuvo varios días en la capital larense, cumpliendo presentaciones personales tanto aquí como en ciudades circunvecinas, habiendo sido contratado por el que fuese conocido empresario Luis Gallardo.
El avión que traía al artista aterrizó a eso de las 2:30 de la tarde del 23 de enero de 1.957 en el aeropuerto local, que, para entonces, se denominaba campo de aviación, y se hallaba ubicado un tanto más abajo de donde está ahora situado.
Le recibió una multitud de cerca personas, en una fecha en que Barquisimeto era una urbe de menos de 400.000 habitantes.
El avión venía procedente de Panamá, y había hecho escala en Maracaibo, Estado Zulia.
Se alojó en la habitación Nº 4 del desaparecido Hotel Lara, ubicado para entonces en la esquina de la carrera 18 con la calle 25, exactamente en el terreno donde se halla ahora la denominada Plaza del Encuentro.
En el mismo día de su llegada, se presentó, a las 8:00 de la noche, en el Cine Imperio; a las 8:45:00 p.m., en el Cine Lara, y, a las 9:30 p. m., en el Cine Altagracia.
Al día siguiente, cumplió similares actuaciones en los cines Olimpo, Ayacucho y Bolívar.
Todos los cines antes mencionados desaparecieron hace ya tiempo.
Por esos días, se corrió con mucha insistencia por todo Barquisimeto una versión que nunca pudo ser confirmada, como lo fue la de que supuestamente una acaudalada dama de la capital larense le ofreció al cantante pagarle 100 bolívares si le estampaba un beso en la boca.
Valga resaltar que, para ese entonces, 100 bolívares equivalían a 33 dólares de ese momento, pero que, ahora, su equivalencia sería de casi 80 millones de bolívares.
No fue posible saber si el artista aceptó la oferta, o no.
Valiosas gráficas
Valga también señalar que las gráficas que acompañan a esta crónica, de incalculable valor artístico y cultural, fueron captadas por el desaparecido reportero gráfico Tito Mendoza, quien era todavía un zagaletón para ese entonces.
En tales gráficas, facilitadas por nuestro colaborador José Gregorio Gómez, aparece el propio Mendoza junto al artista, e igualmente Infante en plena actuación en el Cine Imperio; además, se ve a sus músicos ensayando, y, luego, el astro de la canción en medio de varias damas, en el Hotel Lara.
Reinaldo Gómez
Fotos: Cortesía José Gregorio Gómez