El viacrucis para poder surtir combustible en las diferentes estaciones de servicio a lo largo de todo el país, tanto Premium como subsidiadas, sigue siendo un dolor de cabeza para los conductores, quienes se ven obligados a pernoctar al menos dos o tres días en las colas aguardando su puesto para echar gasolina.
Durante esa larga y engorrosa espera, la mayoría se queda y duermen en los vehículos hasta en las cercanías de la fila. Algunos llevan la comida desde sus hogares para saciar el hambre, mientras que otros hacen relevos y van a sus hogares tanto para comer como para asearse. Otros no aguantan sus necesidades fisiológicas y terminan evacuando sus desechos en las adyacencias de las colas.
Gregorio Martínez, usuario de la estación de servicio San Luis del Este I, indicó que todas las personas que hacen la cola pasan mucho trabajo, “unos duermen en las aceras, otros dentro o fuera de sus vehículos. Uno come mal, no se descansa y para el colmo en la entra da de la bomba hay mucha corrupción y anarquía”, relató.
Martinez también señaló que la falta de orden por parte de los cuerpos policiales predomina, “Es tanto el descaro de la GNB, que tienen una cola del otro lado de la bomba para pasar a los ‘VIP’, según estos vehículos que se colean, les pagan a los funcionarios para no hacer la cola. Lo mas triste de todo, es que si uno se reclama los funcionarios amenazan a uno para llevárselo preso por ‘alteracion al orden público’”, explicó el usuario.
Los conductores hacen estas complicadas colas, sólo exigen que haya más orden y que garanticen la gasolina ya que están perdiendo al menos dos o tres días de trabajo por estar apostados en la fila.
DS/Fotos: Julio Colmenarez