Larense José Félix Quintero lleva la esgrima en su sangre < El Informador Venezuela
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Larense José Félix Quintero lleva la esgrima en su sangre

Larense José Félix Quintero lleva en su sangre la esgrima

El esgrimista olímpico José Félix Quintero será uno de los homenajeados

El larense José Félix Quintero, clasificado a los Juegos Olímpicos de Tokio, lleva en su sangre la esgrima, porque desde hace 24 años creció en unas pedanas procreado por un padre floretista y una madre espadista, mientras él ahora es sablista.

Su pase a los Juegos de Japón se produjo en el Preolímpico de Costa Rica. Podría ser cualquier cosa menos lo que realmente es: un sablista de sangre fría, que sueña con escribir el capítulo más importante de una saga o una tradición familiar que también ha tenido vivencias en las pedanas.

Nacido en un hogar de esgrimistas, probó en muchos deportes antes de decidirse por alguna de las armas. Su padre y preparador físico Gerardo Quintero integró por 11 años la selección nacional de florete y transitó el ciclo olímpico hasta Juegos Panamericanos. Su madre Marlene Heredia fue parte del equipo de espada del estado Lara. José Félix se decantó o desvivió por la tercera arma, el sable, la que aparentemente se adapta menos a su carácter calmado y poco explosivo.

Fútbol, béisbol, natación, hasta skateboarding o monopatinaje, formaron parte de su bagaje agonístico. Era un niño casi hiperactivo. En las vacaciones escolares. tras culminar la primaria, su madre le había comprado bates, guantes y spikes, porque él se había decidido por los diamantes, pero jamás los estrenó. Todo cambió cuando acompañó a un primo que iba a su primer entrenamiento en una sala de armas.

Espera alcanzar podio en los Juegos de Tokio

¡ENCANTADO!

Recuerda que le encantó la elegancia del deporte. De inmediato escogió el arma más impetuosa y violenta. “Siempre me gustó el sable, porque era la de dinámica más rápida y yo era muy inquieto”, aclaró.

Dijo que su madre siempre quiso que practicara esgrima. “Eso porque era el deporte de la familia, incluso de bebé iba a las competencias en los brazos de mis papás. Pero me dejaron que escogiera yo. De niño jugaba con floretes y trofeos. No sé cuántos le rompí a mi papá”, se ríe.

ADIÓS Al MONOPATÍN

El amor a la esgrima lo hizo colgar el monopatín o la patineta, con la que había comenzado a ensayar trucos y piruetas pero se daba muchos golpes, y el empuje de su familia por la nueva modalidad lo convirtió en el acicate o el estímulo para progresos impensables, que le permitió conseguir la medalla de bronce en el Panamericano de 2016 cuando apenas tenía 19 años.

Su padre le decía que la “paciencia es una virtud” y esa frase la empezó a moldear.  Es demasiado calmado, muy tranquilo, pero su mamá es más emotiva y por esa serenidad el consejo o mensaje materno lo fortaleció ya como atleta. “No soy muy explosivo, me gusta más bien mantener la paciencia para hacer bien las cosas”, indicó.

COMPLICADO POR UN MOMENTO

La clasificación a Tokio ocurrió en el momento competitivo más complicado para José Félix, quien ganó experiencia durante varios años cuando era parte de la Fundación Rubén Limardo. Junto al campeón olímpico y su tío-entrenador Ruperto Gascón se acostumbró al tren de eventos internacionales, fogueo constante, campamentos y preparación al más alto nivel.

A su regreso a Venezuela, se desconectó del contexto mundial. Se perdió el Panamericano de 2020 en Canadá por problemas de visado y su ranking se precipitó peligrosamente. Volvió a las competencias en el Grand Prix de Budapest en marzo, no consiguió entrar al cuadro principal y para colmo contrajo Covid-19, aunque sin mayor complicación.

Al Preolímpico de Costa Rica llegó como el número 234 del mundo, pero con la convicción de poder ir mucho más allá. “Los favoritos éramos el argentino Pascual Di Tella, al que superé en la final, y yo. En las rondas de “poules” no me fue bien, pero estaba muy seguro. Mi hermana Stephany es mi psicóloga, ella me conoce, sabe cuándo estoy presionado y me hace llegar las palabras precisas no sólo como hermana sino como profesional. Durante el Preolímpico me pasaba mensajes por WhatSapp, me decía que me mantuviera concentrado, que disfrutara la competencia, y me atrevo a decir que el atleta más calmado de todo el evento era yo”, explico.

Pequeñito con su hermanita Stephany

LLENO DE CONFIANZA

Con ese mismo espíritu y esa misma confianza esperaba avanzar a Tokio. “Sé que voy con un ranking bajo y en Juegos Olímpicos no hay ‘poules’, así que me tocará salir con rivales fuertes desde el principio, pero todos los que clasificamos somos fuertes. En este nivel no hay favoritos, cualquier cosa puede pasar”, expresó y dentro de lo que piensa es poder hacerlo a la altura y hasta tratar garantizar un puesto en el podio de los Juegos Olímpicos.

Antonio José Seijas vía Comité Olímpico Venezolano

Fotos: José Félix y su hermana Stephany una llave ganadora desde pequeños

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