Seguramente el intestino no fue la primera opción que consideraste pero así es, y por eso desde unos años muchos lo apodan «el segundo cerebro«. Ese cerebro «independiente» en nuestras entrañas y su compleja comunidad microbiana influyen en nuestro bienestar general.
Así que los médicos tienen cada vez más claro que la función de nuestro sistema digestivo va mucho más allá de simplemente procesar la comida que ingerimos. Es más, los médicos están investigando si se podría usar para el tratamiento de enfermedades mentales o del sistema inmunológico.
La doctora Megan Rossi, una especialista australiana en salud intestinal, resaltó que para explorar, debemos prestarle más atención a nuestras barrigas. Aquí te presentamos algunos datos sorprendentes sobre nuestro «segundo cerebro».
1. Un sistema nervioso autónomo
«A diferencia de cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, nuestro intestino puede funcionar solo. Tiene su propia autonomía para tomar decisiones, no necesita que el cerebro le diga qué hacer», explica la doctora Rossi.
Lo que gobierna al intestino es el sistema nervioso entérico (SNE), que es una «sucursal» del sistema nervioso autónomo, encargada de controlar directamente el aparato digestivo.
Ese sistema nervioso se extiende por el tejido que reviste el estómago y el sistema digestivo, y tiene sus propios circuitos neuronales.
Aunque funciona independientemente del Sistema Nervioso Central (SNC), se comunica con él a través de los sistemas simpático y parasimpático.
2. El 70% de las células de nuestro sistema inmune vive en el intestino
Según Rossi eso hace que la salud de nuestro intestino sea clave para nuestra inmunidad ante las enfermedades.
La especialista dice que las investigaciones más recientes sugieren que si tienes problemas intestinales es más probable que seas más vulnerable ante enfermedades comunes como una gripe, por ejemplo.
3. El 50% de las heces son bacterias
No son solo restos de comida: alrededor de la mitad de nuestras heces fecales son bacterias.
Muchas de esas bacterias son buenas y por eso los trasplantes de heces pueden ser una forma de tratamiento vital pata algunos enfermos con un microbioma intestinal debilitado.
BBC
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